Tres deseos por la inversión pública

 

Hugo Santa María
Socio de Apoyo Consultoría

 

Este año el gasto en inversión pública crecerá más de 30% y alcanzará niveles no vistos desde la década de los ochenta, en términos de participación en el PBI. Obviamente la situación es muy distinta ahora, ya que el mayor tamaño del Estado está financiado y se espera un superávit fiscal. Pero hay aspectos que no han mejorado tanto con el paso del tiempo y que aún acarrean problemas, como la calidad del gasto público. Para ahondar en el tema conversé con los expertos de AC Pública, empresa del Grupo APOYO especializada en asesoría en gestión pública. Hay muchas cosas por hacer, pero si tuviera que pedir tres deseos fáciles de cumplir y de alto impacto, serían los siguientes.

Empaquetar proyectos para ganar eficiencia. El monto promedio de inversión en proyectos de gobiernos regionales es de tan solo S/.1,5 millones. Si se excluye el 15% de los proyectos más grandes, el promedio del 85% restante es de menos de S/.350 mil. Lo pequeño también puede ser efectivo, pero, en general, este tipo de inversión tiene poco impacto para cerrar brechas de infraestructura y altos costos de formulación y monitoreo. En muchos casos, la ejecución de proyectos se da en forma atomizada porque la demanda también lo es (presupuesto participativo, dispersión de la población). Sin embargo, existen formas de empaquetar los proyectos en un programa de inversiones que reduzca los costos de transacción y mejore la eficiencia. Así, por ejemplo, en vez de que la Municipalidad de Miraflores licite un contrato de mantenimiento por cada una de sus avenidas como se hace actualmente, podría licitar un programa de mantenimiento permanente de todas las vías del distrito.

Pagar más para ejecutar mejor. En los últimos siete años, el presupuesto de inversión pública del distrito de San Marcos, en Áncash, se multiplicó 250 veces. En contraste, el gasto en planillas en la misma municipalidad aumentó mucho menos. Es más, funcionarios clave en la gestión de inversiones como el jefe de la Oficina de Programación e Inversiones (OPI), de logística, de obras, y de infraestructura, tienen remuneraciones que no alcanzan los S/.5 000 al mes. Como consecuencia de esto, el sector público resulta poco atractivo para atraer al talento del sector privado, en el que las personas ganan entre tres y cinco veces más en promedio que lo que ganarían en la administración pública por una labor equivalente. No se espera que este diferencial de remuneraciones se cierre, pero una mejora en los sueldos de funcionarios clave puede motivar a que aquellos con vocación decidan dar el salto.

Mantener lo construido. La inversión pública en infraestructura vial se ha multiplicado por siete en los últimos ocho años, pero el gasto en mantenimiento asociado a esta infraestructura no le ha seguido el ritmo. Esto ha originado que muchas carreteras se echen a perder y tengan que ser reconstruidas luego de tan solo cuatro años, cuando su vida útil con mantenimiento adecuado es mucho mayor. Al final gastamos e invertimos más pero seguimos teniendo la misma carretera. El gasto de mantenimiento ha estado limitado por la disponibilidad de recursos y la regla fiscal. Este año ambas restricciones se han flexibilizado, lo que permitiría gastar lo necesario para mantener la infraestructura construida. Tres deseos simples. Ojalá me concedan al menos uno.

 

Publicado en Gestión el 7 de mayo de 2012