El futuro de los estudios de abogados

 

Fernando Razeto P.

Gerente General de Miranda & Amado Abogados

 

¿Se imaginan un estudio de abogados de propiedad de un “no abogado”?¿Se imaginan a una firma legal tercerizando el trabajo más básico del servicio jurídico que ellos prestan?¿Se imaginan a un estudio aplicando las mismas herramientas de gestión que aplican las empresas más exitosas? Bueno, eso y más ya sucede en el mundo como parte de la nueva realidad del sector legal.

Desde hace unos 15 años se empezó a gestar un cambio en los estudios de abogados que tenía como objetivo profesionalizar la gestión de los mismos. Dicho cambio fue tímido en un principio y se dio en las grandes firmas anglosajonas. Sin embargo, como consecuencia de la crisis financiera del 2008-2009, los cambios se aceleraron y ahora el sector vive una nueva realidad. Hasta antes de la crisis, el mercado estaba regido por los estudios legales (ofertantes) y como consecuencia de ello no existía mayor presión para generar eficiencias o para reducir costos. Sin embargo, la crisis forzó un cambio en el sector y este migró a un mercado de demandantes (clientes). Ahora son los clientes quienes ponen las reglas. Los gerentes legales ahora exigen a sus abogados externos soluciones que generen VALOR y que les brinden predictibilidad en plazos y costos. Estas exigencias no se pueden atender sin efectuar cambios estructurales en el modelo de negocio tradicional de los estudios de abogados. Tampoco es posible hacerlo sin generar eficiencias operativas.

Hace poco se desarrolló la 17° Conferencia Anual de Líderes de Estudios Legales en San Francisco. En dicho evento participaron los Socios Gerentes (Managing Partners) y Gerentes Financieros de los principales estudios norteamericanos, así como los más reconocidos Consultores en gestión.

Todo el evento, en el que tuve la oportunidad de participar, se centró en las tendencias del sector y en cómo los estudios vienen haciendo frente a esta nueva realidad. Pude comprobar que todas las firmas participantes ya tenían implementadas soluciones para generar eficiencias en sus procesos legales (LPM-Legal Process Management), todas habían tercerizado o centralizado su soporte administrativo, muchos ya estaban tercerizando sus procesos legales más básicos con “LPO” (Outsourcing de Procesos Legales) o estaban desarrollando una línea de carrera paralela para abogados por los cuales podrían cobrar menores tarifas, y todos estaban invirtiendo fuertemente en tecnología para generar eficiencias. Finalmente, algunos estaban evaluando lo que ya es una realidad en Australia o en el Reino Unido, me refiero a la propiedad de los estudios en manos de “no abogados” (inversionistas).

Todos esos estudios de abogados encontraron la forma de mantener su cultura y a la vez implementar las mejores prácticas del mercado. La conclusión general fue que, como en todos los sectores, quienes dieron los primeros pasos han sido quienes más se han beneficiado de estas mejoras y que estos cambios no tienen marcha atrás.

En el Perú, estas tendencias seguramente demorarán en llegar y los socios de los estudios no querrán ni imaginarse algunos de estos cambios, pero el cambio ya es inevitable. Sin embargo, en un mundo globalizado y competitivo, no podemos esperar a que el mercado obligue a las firmas a innovar cuando ya tenemos modelos exitosos que copiar o adaptar. Hay muchas cosas que se pueden hacer y de forma gradual, como, por ejemplo, invertir en un nuevo software que permita obtener y analizar las variables de rentabilidad o desarrollar un proceso muy simple y básico de gestión de proyectos o de asuntos legales para ser más eficientes. ¡Cada día que pasa representa una oportunidad para que los competidores tomen un paso adelante¡.

 

Publicado en Gestión el 4 de enero de 2013