CAMINOS DEL DESARROLLO

Tomando el pulso a la minería peruana

 

ÁLVARO DÍAZ CASTRO

ABOGADO ESPECIALIZADO EN DERECHO EMPRESARIAL Y MINERO

 

EL ROCKY MOUNTAIN Mineral Law Foundation (RMMLF) es una organización mundial de colaboración educativa sin fines de lucro dedicada al estudio académico y la práctica del derecho vinculado a la minería, el petróleo, el gas, el agua, los derechos de propiedad, la energía, la protección del medioambiente, entre sus principales objetivos.

Su Consejo de Administración está integrado por representantes de 30 universidades de diversas partes del mundo, 13 colegios de abogados también de diversos países y 18 asociaciones de minería, petróleo y gas de los cinco continentes.

El Perú, Chile, México, Brasil y Colombia son los principales representantes de América Latina. En cada reunión bianual se analizan temas desde diversos ángulos (Estado, ONG, banca, inversionistas, instituciones académicas) para revisar dónde estamos y tratar de entender hacia dónde vamos.

En la última reunión de Cartagena se confirmó que el Perú tiene mucho potencial y expectativa tanto en minería y energía, y un poco menos en petróleo y gas, pero, paradójicamente, el potencial minero/energético peruano es tan grande y, sin embargo, estamos muy lejos de haber tenido un boom en esos campos de la producción.

Deberíamos tener cuando menos varias veces la producción de Chile, pero los vecinos del sur, por ejemplo, producen y exportan entre tres a cuatro veces más cobre que el Perú.

Tenemos, igualmente, enorme potencial para generación hidráulica (de bajísimo costo operativo), pero no estamos ni en los primeros dígitos de desarrollo de dicha opción.

La carga tributaria minera (como bien refiere un estudio del Instituto Peruano de Economía) es mayor en el Perú que en los países que compiten por la inversión minera, como son Chile, Australia o Canadá.

El actual gobierno se ha percatado de estos temas y ha comenzado a tratar de ordenar un poco la casa, buscando racionalizar en números, requisitos y tiempo la permisología peruana, que por hoy tampoco favorece el desarrollo de los proyectos.

Con los últimos gobiernos, el número de permisos, licencias y autorizaciones solo aumentaron de manera limitada, contrariamente a la corriente que existe en otros países desarrollados o en franca vía de desarrollo en materia de simplificación administrativa, predictibilidad y ventanilla única.

El gran esfuerzo de Hernando de Soto y la Ley del Procedimiento Administrativo General a favor de la simplificación administrativa a inicios de siglo fueron obstaculizados en cuanta oportunidad hubo para ello.

Es que no está lejos de nuestra realidad la existencia de algunos grupos que, tras la fachada de consultores o facilitadores, generan problemas al vender soluciones y plantear intrincados vericuetos y puertas falsas que causan mucho ruido y desánimo en el inversionista extranjero serio e institucional.

Allá también se informó que Colombia es un país que se prepara para recibir las inversiones mineras a gran escala que consoliden su impresionante crecimiento petrolero de los últimos diez años.

Chile muestra su planificación articulada donde no queda duda de que cuenta con la mano de un consolidado ThinkTank (grupos de expertos y especialistas públicos-privados).

Para citar un ejemplo, a partir de la tragedia de la mina San José, al norte de Chile, donde sobrevivieron 33 mineros a 700 metros de profundidad, hoy tienen todo un merchandising, libros, derechos de autor, películas, charlas de considerables ingresos.

De igual forma han desarrollado alianzas e imaginación para atraer inversiones.

Los países exitosos en minería son, y no por coincidencia sino por consecuencia, aquellos que cuentan con altos índices de desarrollo humano, economías estables, que han utilizado sanamente la economía generada por estos recursos para desarrollar otras actividades, tanto típicas (agricultura, pesca e industria) como complejas (finanzas y tecnología).

En el Perú de hoy destaca el esfuerzo por participar como Estado presente, no en medio o luego de los conflictos sociales vinculados a las inversiones, sino anticipándose, dialogando e incentivando a las comunidades y poblaciones que, por el contrario, promueven una cultura de paz y desarrollo.

No obstante, se sabe de la decisión proactiva de las cabezas del Poder Ejecutivo, pero aún no ciertos funcionarios que deben ejecutar las políticas. Si se logra tal conexión y acción, no cabe duda de que sería la mejor campaña publicitaria del Perú para atraer las inversiones.

El Perú tiene una buena ruta trazada, faltan los navegantes decididos a recorrerla, sin olvidar que habrán piratas y corsarios que superar en tal senda.

 

Publicado en El Peruano el 10 de agosto de 2013