Agro y minería: un modelo eficiente de desarrollo

 

Juan Manuel Benites

Viceministro de desarrollo e infraestructura agraria y riego

 

El Perú es un país eminentemente agrícola. El 25% de la población económicamente activa, es decir, uno de cada cuatro peruanos que trabajan, realiza actividades vinculadas a la producción agrícola y ganadera. Más de 2.5 millones de personas viven del campo. De los cuales, alrededor del 65% habita en la sierra, un 20% en la costa y solo el 15% en la selva.

Por ello, es prioritario desplegar esfuerzos para incrementar la competitividad de este sector, toda vez que tiene un impacto directo en la mejora de la calidad de vida de este segmento. En ese sentido, el agro es una herramienta para incrementar el bienestar de la población, pues el crecimiento del PBI originado en la agricultura es, por lo menos, el doble de eficaz en reducir la pobreza que el resto de sectores.

Desde el Estado se destinan cada vez más recursos para promover el desarrollo del agro peruano. Sin embargo, la brecha por cerrar es muy grande. Por ejemplo, al analizar la infraestructura de riego en el país se ve que en la sierra solo el 32% de la superficie con potencial agrícola cuenta con riego.

En consecuencia, es necesario que se identifiquen oportunidades de sinergias para complementar, desde el sector privado, los esfuerzos que realiza el Estado. Un sector que, coincidentemente, se desarrolla, principalmente, en el ámbito rural es la minería. Actualmente, ocupamos el octavo lugar en la atracción mundial de extracción de cobre. Sin embargo, la actividad extractiva (minería e hidrocarburos) se ha convertido en una fuente crítica de conflictos sociales, a tal punto que generan poco más del 60% de estas situaciones.

Paradójicamente, los departamentos con mayor inversión minera registran los más altos índices de pobreza. En ese sentido, resulta fundamental trabajar en un modelo eficiente de intervención conjunta liderado por el Estado con el respaldo del sector privado, que involucre además a la comunidad, a fin de llevar desarrollo social a los lugares más necesitados, fortaleciendo la competitividad de la agricultura peruana.

Para las empresas mineras, realizar iniciativas a favor de la agricultura puede ser un componente importante de su estrategia de relacionamiento con la población local, lo que constituiría un verdadero apoyo al desarrollo de la comunidad. Lo importante es planificar en conjunto las actividades a desarrollar, a fin de atender de manera eficiente los requerimientos para habilitar adecuados sistemas de riego, levantar infraestructura y brindar asistencia técnica, entre otros.

Este año el Estado dispuso de 1,000 millones de soles para financiar el Programa Mi Riego y, a la fecha, se han aprobado proyectos por 850 millones de soles en coordinación con municipios y gobiernos regionales. Sin embargo, los requerimientos que se hicieron llegar al Estado ascendieron a 5,500 millones de soles. Es decir, más de cinco veces lo que se pudo destinar desde las arcas fiscales.

Por ello, trabajar en un esquema con las empresas mineras que permita financiar estas iniciativas puede ser una salida que debe explorarse detenidamente, pues constituiría una herramienta eficaz para cerrar las brechas de inversión que necesita el agro.

Desde el Ministerio de Agricultura y Riego se vienen coordinando algunas iniciativas entre empresas extractivas y las comunidades con resultados muy alentadores. Existen diversos proyectos que pueden desarrollarse bajo este esquema y que contribuirán a fortalecer la competitividad del agro peruano.

 

Publicado en Gestión el 26 de noviembre del 2013