¡Prohibido estancarse!

 

Maricarmen Fedalto

DIRECTORA DE IPAE

 

Durante 17 años trabajé en una empresa en la que el cambio era una constante, y todos éramos partícipes de él enfrentando todo el tiempo nuevos proyectos, cambios organizacionales, nuevos procedimientos, nuevos dueños, etcétera.

Después de algún tiempo entendí que había dejado el desarrollo de mi carrera profesional en manos de otros y que yo no había estado teniendo el control sobre ella. Esto sucedió a raíz de que una amiga muy querida me preguntó si estaba revisando periódicamente mi plan de carrera.

¿Mi plan de carrera?, le dije. ¡No creo que necesite uno!, yo sé muy bien lo que quiero!, le contesté. El resultado es que me obligó a sentarme para redactarlo, y hoy se lo agradezco infinitamente.

Estoy segura de que muchos de nosotros hemos elaborado en varias oportunidades planes estratégicos de los productos, empresas o negocios en los que trabajamos, pero no nos hemos dado el tiempo de elaborar el nuestro.

Cuando empezamos a poner en blanco y negro nuestras fortalezas, debilidades, oportunidades, riesgos, y trabajar en ellos para definir nuestras metas a corto, mediano y largo plazo, nos podemos dar gratas e ingratas sorpresas.

Es muy importante conocer dónde estamos; habilidades, experiencia, contactos, preparación, etc. para determinar los que deberíamos adquirir. No podemos permitirnos dejar de aprender, además de planificar los estudios que necesitamos para alcanzar nuestras metas. Es siempre muy importante conocer sobre nuevas tecnologías, redes sociales, etc.

Si no tenemos metas y no sabemos claramente el camino que deseamos seguir es muy probable que un determinado día nos demos cuenta de que dejamos en manos de otros nuestra carrera. Es además muy fácil olvidarnos de nuestros objetivos cuando estamos en nuestra zona de confort, cuando llevamos mucho tiempo haciendo las mismas labores, conocemos todo a la perfección, tenemos todo organizado y difícilmente incurrimos en errores. La idea es correr de estas situaciones, tenemos que buscar escapar de la comodidad.

Otro grave error es perder contacto. Cuando estamos inmersos en la rutina, además olvidamos mantener contacto con nuestros amigos, pares, compañeros, ex compañeros; siempre encontraremos en una conversación algo que aprender o algo que enseñar.

Finalmente, ¡tenemos que actuar! De nada nos sirve tener en nuestras manos el mejor plan estratégico que jamás hayamos hecho si no actuamos sobre él. Las cosas no cambian hasta que nosotros actuamos.

Salir del estancamiento profesional puede suponer grandes cambios y eso genera mucha inseguridad, especialmente si llevas mucho tiempo haciendo lo mismo. Sin embargo, vale la pena correr el riesgo y salir detrás de nuestros sueños.

 

Publicado en Gestión el 21 de agosto del 2013