El desafío de crecer

 

Alfonso Baella Herrera

 

Una de las novedades más importantes de la última encuesta de PULSO PERU no estuvo sólo en la caída en picada de la aprobación presidencial de 39 a 24%, es decir más de 15 puntos, sino en la responsabilidad con que los peruanos ven el tema de los impuestos.

El 87% señala que sí es importante pagarlos, 63% a nivel nacional y 75% en Lima indican que sí lo hacen regularmente, y un 68% se preocupa en pagarlos completos. Esto a pesar que el 64% piensa que tenemos un sistema impositivo complicado y poco entendible. Podemos decir que los peruanos, a pesar de la informalidad de nuestro sistema económico, reconocemos la importancia de nuestra contribución pagando impuestos y lo hacemos de manera responsable.

Sin embargo la misma encuesta muestra otras dimensiones nada alentadoras y que contrastan severamente. 81% piensa que el Gobierno gasta mal el dinero que se recauda con sus impuestos. El público cree que los dineros públicos deberían orientarse a educación (40%), salud (26%), seguridad (17%) e infraestructura (4%). Y aun cuando el presupuesto del MEF mantenga esas prioridades lo que se ve es otra cosa.

El Gobierno aprobó para el 2014, año de elecciones municipales y regionales, más de 4,000 millones de dólares en programas sociales –que son en verdad asistencialismo puro y duro– como Qali Warma, Juntos y Pensión 65. Cifra que representa 30% más de lo gastado en el 2013. Pero lo que gasta lo hace mal o con lamentables visos de corrupción. Lo hemos visto en las revelaciones que varios medios hicieron durante el fin de semana. Hay, por ejemplo, más de 250 denuncias de la propia Qali Warma en contra de sus proveedores, lo que muestra por lo menos que en esa institución se está gestando un problema aún mayor.

La corrupción es el peor cáncer que puede tener un gobierno porque frustra, desalienta y lo deslegitima. Por eso cuando no se respetan las formas y se alienta un poder paralelo, los funcionarios quedan pintados y se abre la puerta para negociados y favores. En suma, la corrupción que el Gobierno cree que es la excepción se comienza a convertir en la regla. Eso está ocurriendo y el cáncer comienza a avanzar.

La prestigiosa revista The Economist señaló en su último número que el Perú crecerá 6% al año hasta el 2019. El semanario especializado resalta además el sólido manejo macroeconómico, así como el avance de la clase media y su poder de compra. Los números son alentadores pero representan un enorme desafío. Es indispensable consolidar el desarrollo y para eso el camino más seguro es afirmar la institucionalidad a todo nivel. Requerimos, por lo tanto, un gobierno fuerte, un parlamento moderno y una clase dirigente a la altura de ese crecimiento. El Gobierno tiene la obligación de enfocarse y marcar la agenda de lo verdaderamente importante. Eso esperamos, en verdad, todos los peruanos.

 

Publicado en Expreso el 12 de marzo de 2014