Perú y A. del Pacífico: oportunidad para liderar grandes negociaciones

 

Leonardo García-Polo

 

La confianza del mandatario peruano en las oportunidades que ofrece la plataforma de la Alianza del Pacífico (AP) van de la mano con las grandes negociaciones que han llevado al país, directa o indirectamente, a posicionarse hoy en día como una de las economías líderes en la región. Los lineamientos que se han trazado para ello no son exclusivos de un gobierno u otro, sino del rumbo que ha tomado el Perú desde que está operativo en materia económica, acaso en los últimos 20 años.

Difícil suponer que todo se trate de una simple casualidad. Siempre en una negociación es importante tener visibilidad, de esta manera logras impactar en distintos frentes ejecutando múltiples negociaciones. Es lo que se llama movilidad estratégica, lo que ha permitido al Perú mantenerse en un escenario económico con bastantes expectativas.

Para dimensionar el calibre de estas negociaciones: hoy, tan solo en proyectos mineros, la AP maneja una cartera estimada en US$221.000 millones de inversión, lo que transforma al bloque regional en una valiosa herramienta de negociación para integrar a los países de Latinoamérica –con miras hacia el exterior– al contexto internacional, especialmente a Asia, que es hacia donde apuntan sus actuales miembros.

Los beneficios de una buena negociación. La definición de una estrategia conjunta de internacionalización es clave para éxito del bloque. A modo de ejemplo, la gran demanda de China no podría solventarse si no fuera mediante el estímulo de cadenas productivas entre empresas de los países de la AP, lo que se ha negociado mediante iniciativas como PromPerú, Proexport, ProChile, ProMéxico, en rubros como la madera, productos químicos, plásticos, derivados de papel, confecciones, entre otros.

De esta manera, las empresas peruanas no están al margen del positivo escenario que ofrece la agenda nacional de la AP. Si China crece menos del 7% previsto, el comercio con la AP permitiría al Perú amortiguar el impacto de la menor demanda del gigante asiático, según explica la Cámara de Comercio de Lima (CCL).

Eso no es todo. Los países que integran el bloque de la AP recibieron una mayor Inversión Extranjera Directa (IED). El año pasado el bloque del Pacífico captó inversiones foráneas por US$84.300 millones, por encima de los US$83 mil millones proyectados para el Mercosur.

Y si fuera poco, la agencia Moody’s destacó las altas expectativas de que se acelere el crecimiento de la economía peruana, se fortalezca su posición fiscal y se mejore su potencial de expansión. Por esta razón calificó al país en la categoría de alto grado de inversión (A3), igual que México, y superado solo por Chile en América Latina. Es más, frente a un panorama económico adverso, el Perú –según la agencia Moody’s– podría acelerar su economía hacia 2015 y 2016 a 6%.

De tal manera, el Perú se posiciona en el mejor escenario para liderar y negociar los procesos de fortalecimiento de intercambio comercial en la región, bajo el paraguas de la AP.

La negociación regional. Desde el punto de vista de la negociación regional, en la Cumbre pasada, desarrollada en México, la presidenta chilena Michelle Bachelet, propuso la integración de este bloque con el Mercosur (formada por Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Venezuela). Sin embargo, según analizaron algunos expertos, tomar una decisión así traería riesgos en caso de concretarse, dado que existen diferencias entre los países que integran un bloque y otro, respecto al comercio exterior y la apertura comercial.

Por otro lado, entrar a Mercosur significaría renunciar a los tratados de libre comercio que tienen con terceros países, ya que tendrían que aceptar el arancel externo común frente a países no miembros del Mercosur.

Y yendo más lejos, el debilitamiento de la Alianza Bolivariana Para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), se transforma en una oportunidad para hacerse de una mayor apertura comercial donde el rol protagónico lo sostenga la AP, cuyo conductor es nada más ni nada menos que el Perú.

Mirando al exterior. Desde la mirada internacional, la AP se posiciona como una alternativa bastante atractiva para los inversionistas, sobre todo ante una eventual desaceleración en China, un menor crecimiento de Estados Unidos y la actual crisis en Europa.

La estabilidad macroeconómica y la vocación comercial han permitido que las exportaciones del grupo se hayan incrementado a una tasa anual del 4,6% desde 2000 y se eleven hasta el 6% en 2017, constituyéndose como un modelo para los mercados emergentes que permitiría profundizar su integración y consolidar una plataforma económica común con proyección al mundo.

De esta manera, el bloque AP hace gala de su supremacía, proyectándose como el cuarto bloque que más contribuya al crecimiento mundial, entre 2014 y 2018, según estima la CCL.

Así, poco a poco, el Perú va sintiendo los beneficios de negociaciones anteriores, que le permiten desarrollarse en función del principal objetivo de la OCDE: “favorecer la expansión del comercio mundial”, pero no solo eso. Además, cumple un rol clave en la COP20 como anfitrión, presidente y promotor de una activa agenda interna en el país, así como en la negociación regional sobre el cambio climático.

En contexto, todo indica que ante el actual escenario que vive hoy el Perú y la comunidad internacional, se presenta como una excelente oportunidad para el país dar un salto en su desarrollo y formar parte de las negociaciones más importantes del mundo.

 

Publicado en América Economía el 16 de julio del 2014