MUSEO DE MINERALES DEL PERÚ PARA EL MUNDO

Piedras preciadas

 

Al abrir las puertas de este museo, el visitante tendrá un placer visual ante la variedad de minerales obtenidos en el Perú, uno de los países con mayor diversidad de este recurso en el mundo.

 

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Hablar de museos es hablar de nuestra historia y nuestro legado. Sin embargo, referirse al Museo de Minerales Andrés del Castillo es profundizar también en la belleza inexplorada de nuestro territorio, en un encanto que –a veces– pasa desapercibido para la mayoría.

Se trata de un esfuerzo que se inició en 2006 y que hoy le permite a todos los peruanos conocer un poco más de nuestros tesoros, nunca antes dicho de forma tan literal. Comienza, de esta forma, un viaje muy particular.

Una casa con historia

Nos da la bienvenida a este museo una casa de estilo republicano, que evoca nostalgia en todas sus paredes y en cada una de sus puertas de arco ancho, un estilo predominante de su época.

Una casa que fue adquirida en 2006 por Guido del Castillo, un hombre dedicado a la minería que decidió convertir el duelo por la partida de su hijo Andrés en un motivo de celebración, en un templo de conocimiento en honor del retoño ausente debido a un trágico accidente.

La remodelación del local duró cerca de dos años y se inauguró como museo en 2008; desde entonces, no ha dejado de crecer. No se ha detenido tampoco en su labor de enseñar y de sorprender a los visitantes, que en muchos casos no esperan las sorpresas respectivas al adentrarse en esta aventura.

Al comenzar el recorrido, uno encuentra diferentes minerales cristalizados; unas pequeñas estructuras con formas geométricas pintorescas y con colores que se roban la mirada.

Turistas alemanes, cuya visita coincide con la nuestra, pasan cerca de nosotros y hablan en un idioma que no entendemos, pero a pesar de ello se puede reconocer la sorpresa en sus expresiones. Sobre todo en su mirada, que se deleita con estos caprichos de la naturaleza.

Las piezas

“Típicamente peruanos” es la forma que usa Ana Mujica, directora del museo, para describir cada uno de los minerales cristalizados a la vista. Ella nos da el alcance durante el recorrido para detallarnos aspectos importantes de la colección.

“Cada una de las piezas a la vista formaban parte de la colección personal del señor Guido Castillo, y fueron donadas a favor de la cultura nacional y el conocimiento colectivo”, explica.

La mayoría de los minerales colocados en las vitrinas procede de la sierra peruana y a Mujica le cuesta escoger su favorito entre tanta belleza. No sabe si elegir la azurita, cuyo nombre revela la imponencia de un brilloso color azul; o la rodocrocita, cuyo origen se remonta a los años prehispánicos, y que a simple vista parece un rubí.

Pero, sin duda, las mayores sorpresas se esconden en la sala fosforescente, un espacio con cerca de 80 minerales que brillan bajo la luz ultravioleta, creando un espectáculo digno de una fotografía. Mientras observamos con sorpresa este espectáculo de colores preciosos en la oscuridad, la directora del museo recuerda una conocida frase de Antonio Raimondi, que comparaba al Perú con un mendigo sentado en un banco de oro. La analogía, en este momento, resulta muy cierta.

“Somos un país rico en minerales que pueden ser usados en la industria y con fines comerciales. Aquí buscamos que la gente sepa que los minerales pueden ser y han sido usados desde siempre. Quiero que el peruano recuerde que los minerales son bonitos y, a la vez, son importantes”, subraya. (Luis M. Santa Cruz)

datos

Además de los minerales cristalizados, aquí encontramos cerámicas de la cultura Chancay y vestimentas utilizadas por los habitantes del Antiguo Perú, todas en exhibición en sus diferentes ambientes.

El museo, además, es un espacio cultural que desarrolla trabajos de enseñanza, investigación, publicación y difusión sobre las actividades relacionadas con el arte, ciencia y tecnología.

Es un ejemplo de inversión privada para el rescate del patrimonio cultural.

cifras

3,340 minerales cristalizados forman parte de la colección.

9 salas forman parte del museo, donde se distribuyen las piezas.

 

Publicado en El Peruano el 22 de marzo del 2015