UNA SELVA EN EL LIENZO

Una completa retrospectiva sobre uno de los pioneros del arte plástico en la Amazonía peruana se presenta en el centro cultural Británico. La exposición ha sido curada por el pintor Christian Bendayán.

CÉSAR CALVO DE ARAUJO

LUZ MARÍA CREVOISIER

 

La selva atrae y atrapa. Lo saben quienes llegaron hasta su inmensidad verde de verdes como el pionero José María Robledo, que se enamoró de sus misterios, o el tristemente recordado ‘barón’ del caucho, Julio César Arana.

Y fue en este embrujo donde nacieron también quienes la hicieron conocer a través del arte, como los escritores Arturo Hernández, Francisco Izquierdo Ríos o los pintores Juan Echenique, Pablo César Amarango, el mítico Víctor Churay –que se murió una tarde gris en Lima, buscando el azul–, entre otros.

Pero entre todos existe un personaje que simbolizó la Amazonía misma: el artista César Calvo de Araujo, pues, como él mismo confesara, buscó la selva “por sobre todo lo que existe”.

El llamado de la tierra

Nació en Yurimaguas en 1914, de padre peruano y madre portuguesa. Desde muy niño, tuvo un acercamiento con las tradiciones, costumbres, dialectos, vida y trabajos de los habitantes amazónicos, a los que quiso perennizar a través del lienzo.

De ahí que a partir de 1930 empezara a recibir clases de dibujo y pintura con el artista loretano Tito Pinedo Lazo. En 1935, llevó algunas clases en la Escuela Nacional de Bellas Artes de Lima.

Calvo de Araujo ha vuelto a Lima y lo tendremos hasta el 31 de mayo en la galería Harriman del centro cultural Británico (jirón Bellavista 531, Miraflores). La muestra, que puede ser visitada de 10:00 a 20:00 horas, de lunes a sábado, y domingos y feriados de 14:00 a 20:00 horas, reúne más de 70 obras entre pinturas y esculturas, además de material de archivo y fotografías del artista.

La curaduría estuvo a cargo de Christian Bendayán, uno de los pintores urbanos más reconocidos en la actualidad en aquella región. En conversación con el Diario Oficial El Peruano, consideró que Calvo, para su tierra, es el más importante artista del siglo XX.

“Calvo –nos dice– surge en un momento en que otros artistas, como Américo Pinasco, Aída Young, Manuel Bernuy Ortiz, se convirtieron en estupendos pintores, pero no llegaron a tener el reconocimiento de Víctor Morey Peña o el mismo Calvo de Araujo”.

“Inicia su carrera en desacuerdo con el Indigenismo, pues esa corriente no comprendía la representación de la Amazonía y sus pobladores. Sin embargo, es innegable esa influencia a lo largo de su producción”, comenta.

De tal palo, la astilla

Una faceta que siempre se destaca al hablar de César Calvo de Araujo es la estrecha relación que tuvo con su hijo, el no menos talentoso César Calvo Soriano, autor de la imprescindible novela Las tres mitades de Ino Moxo.

Es que a ambos artistas los unía, más allá del mismo nombre, su similar amor por la Amazonía, atada siempre a lo creativo, sea en la pintura o en la literatura. Al menos, así lo asegura Christian Bendayán, curador de la muestra sobre el patriarca de esta estirpe y fundador, para muchos, de las artes plásticas en el oriente peruano.

Este hombre, que pintó “por encima de todas las cosas”, falleció en Lima en 1970, dejando inconcluso un paisaje al óleo. De él quedaron sus hermosos murales y la novela Paiche para poder recordarlo.

 

 

Publicado en El Peruano el 10 de mayo del 2015