LAS DEUDAS MUNICIPALES

Con el inicio de las nuevas administraciones municipales cada cuatro años tenemos que se repiten los argumentos que los alcaldes anteriores han dejado endeudada a la municipalidad y se ha reducido el margen de acción de las nuevas autoridades. En esto hay verdades y otras que no lo son tanto. A veces se dice esto con el fin de reducir las expectativas y que no haya presión sobre los nuevos funcionarios y ganar tiempo. En otras oportunidades es muy cierto.

Para contribuir a ello es que queremos aportar al debate y presentar ciertas cifras que pueden ser de utilidad. Como punto de partida podemos decir que la deuda municipal representa el 1.5% del PBI en el año 2015. Pero debemos hacer una salvedad. Esta es la deuda registrada oficialmente, pero en el caso de las municipalidades existen muchas deudas judicializadas y en proceso de negociación como es el caso de los aportes a la ONP y AFP no realizados y tributos no pagados que generan controversias con la Sunat. Esto último es lo que se denomina deuda contingente y cuyo monto no se conoce con certeza, pero puede ser bastante significativo.

En muchos casos, existen deudas a proveedores de corto plazo que no se honran y que terminan generando un proceso judicial que puede tomar mucho tiempo y si se incluyen los intereses y gastos judiciales puede ser significativo el incremento de la obligación.

Con datos hasta el 2015 la municipalidad con mayor deuda era la provincial del Callao, con 946 millones de soles; en segundo lugar, la Municipalidad Metropolitana de Lima, con S/653 millones. En tercer lugar, viene La Victoria, con S/550 millones. Luego Chiclayo, con S/449 millones, y San Martin de Porres, con S/415 millones. Entre estas cinco municipalidades suman casi el 40% de la deuda total. Callao y Lima son casos especiales por la cantidad de gente que vive en cada jurisdicción. Si comparamos con las cifras del presupuesto aprobado para el año 2019, vemos que el caso del Callao la deuda es 1.52 veces el presupuesto del año. En caso de Lima es 45%. De hecho, el servicio de la deuda para Lima tomando en cuenta para este año es más del 10% del total del presupuesto. Los datos de deuda son del año 2015 y pueden haber variado, pero no creemos que los cambios sean drásticos.

El caso dramático es el de la Municipalidad de la Victoria donde la deuda es equivalente a 5 veces el presupuesto del año 2019. De la misma manera ocurre en Chiclayo. En San Martín de Porres es 3.32 veces. En estos casos es obvio que la grave situación financiera genera un círculo vicioso debido a que existen dos opciones: dejar de prestar los servicios que la ciudadanía requiere para pagar la deuda o no pagar la deuda y esta seguirá creciendo debido a los costos financieros. Ello puede explicar el estado de las calles en La Victoria y el nivel de acumulación de residuos sólidos en Chiclayo. Si a ello sumamos los casos de los exalcaldes que están detenidos por encabezar organizaciones criminales vemos que las perspectivas para las personas que viven en dichas localidades son pésimas a pesar de los buenos deseos de las nuevas autoridades elegidas.

La pregunta es qué hacer en estos casos. La salida sencilla sería decir que el Gobierno nacional asuma las deudas. Ello debe evitarse a todo costo porque todos los contribuyentes del país no deben asumir el costo de anteriores administraciones municipalidades ineficientes y, en algunos casos, corruptas. Eso sería un pésimo precedente. La solución factible sería acordar planes de mejoramiento de las finanzas sujetos al cumplimiento de metas estrictas y mejoras en la eficiencia de la gestión. Estos planes pueden tomar años, pero con constancia y monitoreo se pueden lograr efectos positivos. Ello siempre que no se descuide la atención a los ciudadanos siempre y cuando paguen sus obligaciones.

Publicado en Gestión, 01 de Febrero del 2019.