CUIDADO CON LO QUE DESEES

El 30 de marzo, el presidente del directorio y CEO de Facebook, Mark Zuckerberg, escribió sobre el futuro de su compañía por segunda ocasión en menos de un mes. Su primer apunte, publicado el 6 de marzo, cubría un abanico de cambios técnicos planeados para Facebook, WhatsApp e Instagram. En el segundo, un artículo de opinión en The Washington Post, instó a los gobiernos del mundo a regular las redes sociales.

En específico, quiere que protejan al público de contenido nocivo -como videos de masacres-, aseguren la integridad de los procesos electorales, garanticen que los usuarios puedan manejar sus datos entre servicios y preserven su privacidad. Un valioso aporte, podría pensarse, teniendo en cuenta que proviene del jefe de una compañía acusada de no respetar ninguno de esos cuatro preceptos: el 3 de abril, se supo que cierta data de los usuarios había sido almacenada en servidores inseguros de terceros.

El llamamiento hecho por Zuckerberg parece un intento de salir avante de unas reglas más estrictas, que podrían afectar las ganancias que Facebook obtiene por la venta de publicidad dirigida -justo en momentos en que su modelo de negocio enfrenta nuevos desafíos-.

El 28 de marzo, el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano de Estados Unidos (HUD, por sus siglas en inglés) acusó a Facebook de posibilitar que los anunciantes dirijan sus avison a compradores de propiedades clasificándolos por raza, religión y otros factores que son disminitarios. La semana pasada, un equipo de investigadores de la Universidad del Noreste, en Boston, presentó un estudio que señala que, dado que optimizan el involucramiento de los usuarios, los algoritmos de Facebook pueden discriminar inadvertidamente.

Así, en la búsqueda algorítmica de usuarios que responden a un anuncio determinado con más entusiasmo, Facebook podría excluir automáticamente a algunos usuarios pertenecientes a grupos minoritarios. Los anuncios cuidadosamente diseñados son la fuente de las enormes ganancias de la compañía, de modo que hacerlos menos precisos podría perjudicar sus márgenes.

La acusación del HUD surgió una semana después de que Facebook conciliara una demanda similar presentada por la National Fair Housing Alliance (que promueve la diversidad en las comunidades y combate la discriminación residencial) y la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles. Facebook ha dicho que le sorprendieron los cargos del HUD, pues ha estado trabajando con la entidad en la prevención de la discriminación.

Lo que ahora está haciendo la compañía es presumir de sus propios esfuerzos por abordar los cuatro reproches de Zuckberg. El año pasado, sugirió la creación de un árbitro independiente para que decida qué es contenido inaceptable. Durante los últimos nueve meses, un equipo especial de Facebook ha viajado por todo el mundo para discutir cómo podría funcionar este procedimiento. El 1 de abril, la compañía convocó una consulta pública sobre el asunto.

Es probable que entre los principios se incluya otorgar a los miembros del directorio -que probablemente lleguen a sumar 40, o por ahí- una compensación fija y protección para evitar que sean defenestrados. Pero, aparentemente, ahora Facebook quiere ir más lejos. "Sería positivo para Internet si más países adoptasen una regulación como el RGPD como marco general", reflexionaba Zuckerberg en su artículo, en referencia al Reglamento General de Protección de Datos de la Unión Europea.

Zuckerberg quiere que Estados Unidos haga que las empresas de Internet, incluida la suya, sea más responsables, "imponiendo sanciones cuando cometemos errores". Añadió que está listo para discutir nuevas regulaciones con los legisladores de todo el mundo. Por supuesto que lo que consiste un error está abierto a interpretación.

Aparentemente, la disposición a hablar es un error. Facebook está apelando un resolución de Elizabeth Denham, la reguladora de más alto rango de Reino Unido en protección de data y privacidad, sobre el manejo de la data de los usuarios durante el proceso del Brexit, en el 2016. En repetidas ocasiones, Zuckerberg ha ignorado los pedidos de los parlamentarios británicos para que entregue evidencia sobre el rol de la compañía en el referendo.

El 1 de abirl, Denham exhortó a la compañía a levantar su apelación, ante la nueva apertura de Zuckerberg a la regulación y la rendición de cuentas; pero no hay señales de que Facebook tenga planes de levantar la apelación. Se consultó a la compañía por qué su jefe no ha colaborado con los parlamentarios británicos, pero declinó comentar.

Hará falta más que un artículo para que los gobiernos confíen en Zuckberg y su negocio. Políticos de todas las tiendas en Europa y Estados Unidos están con ganas de sonar duros contra las gigantes de Internet. De momento, empero, la confianza de los inversionistas en Facebook se mantiene firme. A pesar de la acusación del HUD, el precio de su acción es boyante.

Publicado en Gestión, 11 de abril del 2019.