ENTUSIASMO Y CUENTOS DE HADAS

 

 

Los mercados financieros son avivados con cuentos, y los narradores más hábiles están en el capital de riesgo.

Para empezar, se tiene que escuchar infinidad de cuentos de hadas de potenciales emprendedores: "El mundo se verá diferente en una década" o "mi startup liderará una nueva industria". Los mismos capitalistas de riesgo relatan que pueden vaticinar lo que otros no, y cómo eso les permite hacer mucho dinero. Y les dicen lo mismo a potenciales inversionistas.

¿A quién creer cuando no es fácil verificar esas narraciones? Esta dificultad es una versión del problema de agencia en la administración de activos. Cuando el capital de riesgo no estaba extendido, era manejable, pero en años recientes ha aumentado el número de inversionistas novatos. Así, un capital de riesgo que invente levantar dinero podría favorecer a startups de rubros a los que les ha ido bien recientemente, pese a que no sean la mejor apuesta a largo plazo, mientras que las innovadoras con mayor potencial podrían quedarse sin fondeo.

Por ello, existe un acuciante temor a que mientras más dinero se canalice a Silicon Valley y otros centros de capital de riesgo, habrá menos innovación "verdadera". Quizás, aunque no es obvio que las grandes ideas de negocios estén siendo ignoradas. El lado negativo del torrente de capital de riesgo es más prosaico: las startups convencionales son tratadas con indulgencia. Y los retornos potenciales están deprimidos.

Cada vez más, los esquemas que administran pensiones están buscando inversiones alternativas para impulsar sus retornos, entre ellas la inversión de riesgo, cuyos fondos han vencido al mercado bursátil en términos de largo plazo. A los más exitosos les va mucho mejor que al promedio. Pero no se trata únicamente de retornos.

Hay inversionistas en mercados bursátiles que saben que poseen muchas empresas que están en riesgo de ser perturbadas por firmas de tecnología emergentes . Una buena forma de balancear ese riesgo es poseer una participación en la próxima generación de negocios.

Tener más dinero en pocas empresas es ciertamente positivo, aunque existe una constante inquietud. Una fuente de incomodidad es que los fondos suelen estar segmentos geográficamente, por industria o por etapa de inversión, a veces por los tres criterios. Esto ayuda al marketing pues el dinero se siente atraído hacia temas que han funcionado recientemente. Por ejemplo, Hollywood ha descubierto que es más sencillo vender una variante de una ficción que una nueva trama.

Pero también hay desventajas. Un negocio realmente de vanguardia podría ser ignorado, señala Ajay Royan, socio gerente de la firma de capital de riesgo Mithril, en Austin, Texas. En los mercados bursátiles, la adquisición de activos que han funcionado recientemente se llama "momentum trading". A gran parte de las transacciones para el inversionista que está fuera de su elemento.

Al "poner a prueba" sus inversiones en capital de riesgo, los ansiosos pueden sentirse más tranquilos con los riesgos, dice Royan. "Pero puede convertirse en el equivalente de 'no te pueden despedir por comprar acciones de IBM"'. Y el problema de las transacciones masivas es que son proclives a descalabros bursátiles.

Hay fondos de capital de riesgo que caen víctimas de los vicios del "asset gathering", maximizar compras de un activo y, por ende, las comisiones que se cobran por administrarlo. Pero hay una cultura que milita en contra de esto. Las mejores firmas de capital de riesgo se enorgullecen de colocaciones sobresuscritas. Y un sector que oye tantos cuentos de hadas posee cierta disciplina innata.

Los capitalistas de riesgo tienen que besar muchos sapos para hallar un príncipe incluso uno no tan apuesto.

La firma promedio de capital de riesgo examina 200 prospectos al año, pero solo realiza cuatro inversiones, según un estudio. Y en ocasiones, las que son temáticas tienen una lógica para ello. Los fondos regionales tienen sentido para startups de consumo, debido a que existen variantes locales en gustos y hábitos. Los fondos de capital semilla con mejores retornos tienden a tener enfoque temático, señala Simon Levene, socio de la firma de capital de riesgo Mosaic Ventures, en Londres.

Tampoco es obvio que las ideas innovadoras carezcan de fondeo. SpaceX, la firma de exploración espacial de Elon Musk, fue valorizada en US$ 74,000 millones en su reciente ronda de fondeo. Hasta los proyectos dudosos reciben respetuosa atención.

El problema con la abundancia de capital es más simple.

Más dinero en pos de ideas y talento escasos hace que se eleven los precios pagados por startups, lo que significa caída en los retornos. Y la fuerte disponibilidad de efectivo puede estropear una startup prometedora.

Si gasta mucho en marketing, el decrecimiento resultante puede distraer la atención de fallas de fondo en sus productos. Narrar una buena historia es vital en el negocio de startups, pero existe peligro si uno se cree sus propios cuentos de hadas.

 

 

 

Publicado en Gestión, 08 de abril del 2021.