EL SÍNDROME DEL MENTIROSO

 

AUTOR:Antonio Yonz Martínez.

Hay de tres tipos: mentiras, grandes mentiras y lo que dicen los republicanos sobre la reforma de la salud. No es noticia que los políticos digan falsedades, unos más que otros. Según Daniel Dale, corresponsal en Washington del diario canadiense Toronto Star, hasta la mañana del lunes, Donald Trump había dicho 4,682 falsedades como presidente.

Pero las cosas que dice el Partido Republicano sobre el tema sanitario son especiales. Primero, son mentiras internacionales -no son afirmaciones dudosas o inexactitudes que podrían atribuirse a la ignorancia o el equívoco-. Segundo, son repetitivas: en lugar de tener una amplia variedad de falsedades, los republicanos siguen diciendo las mismas. Tercero, no paran a pesar de que hace tiempo el público dejó de creer cualquier cosa que digan sobre el tema.

Documentemos lo que hace únicas a esas mentiras republicanas. Primero, como ya mencioné, no se trata de afirmaciones dudosas. Cuando los funcionarios de Trump insistían en que el recorte impositivo del 2017 llevaría a una década de milagroso crecimiento, tal planteamiento no tenía sentido en términos económicos. Pero era una predicción, no una exposición de hechos, y quizás creían en ella.

Pero cuando el jefe de personal encargado de la Casa Blanca, Mick Mulvaney, declaró en televisión el domingo que "cada plan (de salud)" que Trump ha planteado "cubría las preexistencias", estaba mintiendo.

La Oficina Congresal del Presupuesto opinó lo siguiente sobre la propuesta republicana para reemplazar Obamacare: "La gente menos saludable, incluyendo la que padece preexistencias o enfermedades recientemente adquiridas, no podrá adquirir un seguro médico individual integral que ofrezca primas comparables con las de la referida ley".

No obstante, la mentira de Mulvaney, junto con otra también suya sobre la demanda de inconstitucionalidad que afronta Obamacare -dijo que nadie perderá su cobertura si la demanda tiene éxito-, es normal para los estándares de ese partido.

El segundo motivo es excepcional: Los republicanos continúan diciendo las mismas mentiras, una y otra vez. No han cesado en sus promesas de que mantendrán la cobertura y proteger las preexistencias -luego presentan planes que ocasionarían que decenas de millones pierdan su segundo médico, con el peor impacto sobre quienes padecen problemas de salud-.

El tercero es que es curioso que casi nadie parece creerles. En vísperas de las elecciones de medio periodo de noviembre, el 50% tenía confianza en los demócratas para proteger estadounidenses con preexistencias, mientras que el 26% confiaba en los republicanos.

Un margen tan amplio indica que hasta los simpatizantes de Trump sabían que mentía.

Entonces, cabe preguntarse qué hay detrás del Síndrome del Mentiroso Republicano en Cuestiones de Salud (RHLS, por sus siglas en inglés).

La opinión pública es clara: los estadounidenses quieren que todos tengan acceso al cuidado de su salud. Ni siquiera existe una división por partido, pues una abrumadora mayoría de republicanos no cree que se deba permitir a las aseguradoras negarles cobertura o cobrarles más a quienes tienen preexistencias.

Esa unanimidad casi total explica por qué Medicare es tan popular.

Es que envejecer, y así sumarse a un grupo con mayores costos médicos que el resto de la población, es la preexistencia definitiva. Pero solo existen dos formas de cubrir las preexistencias y ambas son anatema para la ideología conservadora. Una es que los contribuyentes paguen directamente por el servicio, que es lo que hace Medicare.

La otra combina regulación con subsidios. A las aseguradoras se les debe prohibir que discriminen sobre la base del historial clínico -prohibición que debiera incluir impedir que emitan pólizas que solo atraigan a quienes gozan de buena salud-. También se debe inducir que las personas saludables se afilien, a fin de que el sistema cuente con un buen balance de riesgos, lo que significa subsidiar las primas para quienes tienen ingresos bajos y, preferentemente aunque no del todo necesario, imponer multas a quienes no posean un seguro.

Si esta segunda opción suena familiar, es que es lo que aplican países como Suiza o Países Bajos.

También es la receta de Obamacare. Sin embargo, los republicanos no pueden admitir que la única manera de proteger las preexistencias es emular las pólizas demócratas. El partido de Eisenhower, quizás hasta el de Nixon, pudo haber sido capaz de hacerlo, pero no el partido de Fox News.

Los republicanos tampoco se atreven a admitir que no les interesa brindar la protección que exige la vasta mayoría de votantes. Así que simplemente continúan mintiendo.

Por cierto, los republicanos en el Congreso comparten las metas políticas de Trump, así que solo cuestionaron lo oportuno que era volver a la carga contra Obamacare. Todo el partido sigue deseando arrebatarles a los estadounidenses el cuidado de su salud. Solo tiene la esperanza de ganar las próximas elecciones para hacerlo.

 


Fuente : Gestión, 03 de Abril del 2019.