Un mundo de tasas bajas. Bono del Tosoro. La tasa está en torno a 1.50%-1.60% a diez años.

 

LA NO TAN NUEVA NORMAL


Este año, y sobre todo en los últimos 3 meses, hemos visto una caída importante en los bonos del Tesoro de los diferentes países desarrollados. La tasa del bono del Tesoro de EE.UU., a 10 años, hoy se encuentra en torno a 1.50%-1.60%, y más sorprendente aún, el bono a 30 años del mismo país alcanzó niveles mínimos históricos de 1.95% Esta caída en las tasas tiene que ver con el cambio de sesgo de la Fed, lo que hace que esperemos tasas bajas en los próximos meses.

Hay algunas fuerzas macroeconómicas y demográficas que han cambiado la forma en que entendemos la renta fija de larga duración.

En primer lugar, tenemos un envejecimiento en la población. En los últimos 50 años, la pirámide demográfica pasó de tener un 8.2% de personas mayores de 60 años a tener hoy 13.2%, y se espera que en 50 años esto sea 24.4%. La población tiende a endeudarse en los primeros años de vida laboral y aumenta su ahorro en los últimos años para financiar la jubilación, lo que explica en parte, las tasas bajas.

En segundo lugar, hay un aumento del ahorro de países que han generado reservas basados principalmente en exportación de petróleo.

Esto en conjunto con la gran inversión de los mismos bancos centrales en los bonos del tesoro de sus países.

En tercer lugar, está la percepción de que las disrupciones tecnológicas no generarán productividad y mantendrán la inflación baja. Esta percepción ludista del desempleo tecnológico apunta a mantener un nivel de productividad cercano a cero para los próximos años.

Por otro lado, está el hecho de que la correlación de los bonos del Tesoro de larga duración con las acciones se ha vuelto negativa incluso en periodos de recesión. Hoy la percepción de no pago de los países desarrollados es baja, y por lo mismo, la prima por plazo se ha desvanecido. Las tasas bajas llegaron para quedarse, aunque es defícil saber si exactamente estos niveles son los que permanecerán en el tiempo. Sugerimos mantener portafolios de menor duración que hoy ofrecen niveles de rentabilidad similares a los de mayor duración, pero con un potencial de pérdida más acotado. Además, considerando una baja probabilidad de recesión, sugerimos aumentar marginalmente el riesgo de crédito incorporando algo de inversión en bonos corporativos latinoamericanos.

 

 

Fuente: Gestión, 16 de Agosto del 2019.