EE.UU. Y CHINA URGEN IMPULSAR SU COMERCIO


Estados Unidos y China ya no pueden continuar su guerra comercial porque han llegado a su nivel más bajo de crecimiento, y ahora necesitan impulsar su comercio no solo por razones económicas, sino también políticas, así lo señaló el exdecano de Economía de la Universidad de Lima y gerente general de Asfinsa, Javier Zúñiga.

La batalla comercial que libran EE. UU. y China mermará su crecimiento en el 2019 y el 2020 y la ralentización de las dos potencias arrastrará a toda la economía mundial, que este año crecerá solo un 3%, su menor ritmo desde la crisis financiera, ha advertido el Fondo Monetario Internacional (FMI).

“El crecimiento continúa debilitado por el incremento de las barreras comerciales y las tensiones geopolíticas”, afirmó la economista jefa del FMI, Gita Gopinath, al presentar el informe Perspectivas Económicas Globales.

“La economía global está en un frenazo sincronizado y estamos, de nuevo, revisando a la baja el crecimiento para 2019 al 3 %, su ritmo más bajo desde la crisis financiera global”, recalcó Gopinath.

Tanto China como EE.UU., protagonistas de la guerra comercial, ven rebajadas sus previsiones de crecimiento y ahondan su desaceleración.

Los límites

El economista Zúñiga explica que Estados Unidos creció 2.9% el año pasado y 2.4% el presente, de acuerdo con el FMI. “Pero el 2020 es un año electoral y si el presidente Donald Trump desea ser reelegido en el  cargo, deberá superar esta cifra”, añade.

“Si continúa con 2.4% de la expansión del producto bruto interno (PBI), las posibilidades de reelección del líder republicano serían mínimas. Por eso, tiene gran interés que la tasa de referencia siga bajando para que el crédito de consumo y empresarial sea más barato como un incentivo de crecimiento”, advierte el economista.

Zúñiga asegura que la economía china tampoco puede reducir sus tasas menores al 6%, porque es la tasa de crecimiento que puede tolerar para satisfacer las necesidades de 1,400 millones de habitantes. 

La pugna entre Washington y Beijing, que se prolonga ya durante más de un año, tiene cada vez más impacto a escala internacional.    

“Las sucesivas rondas de subidas arancelarias y represalias entre ambas potencias tienen ya importantes consecuencias globales al contribuir al repliegue general en la confianza y la inversión empresariales y el frenazo en el comercio global”, señala el FMI.

Complicaciones

Zúñiga, especialista en economía internacional, asegura que sin un acuerdo entre Washington y Beijing, América Latina  tiene pocas posibilidades de mejorar su crecimiento. La mayoría de países de esta región exporta productos primarios a las dos potencias mundiales.  

Pero si se concreta el pacto ya anunciado el viernes por el presidente Trump  en la próxima reunión del APEC, se frenaría la caída que se puede observar con las cifras del mismo FMI. La situación es preocupante en América Latina. En abril, el FMI decía que crecería 1.4%, en junio, 0.6%; en octubre, 0.2%. Esto quiere decir que el crecimiento está estancado.

“Evidentemente, los casos de Argentina, Venezuela y Ecuador afectan negativamente el crecimiento regional. Pero no tengo dudas que con el fin de la guerra comercial, los precios de los minerales volverían a ser normales para el Perú”, sentenció Zúñiga. 

Inversiones congeladas

El conflicto comercial entre las dos potencias mundiales ha resultado en la imposición recíproca de aranceles por cientos de miles de millones de dólares en bienes, lo que ha afectado a la economía mundial.

El Fondo Monetario Internacional estimó que las tensiones comerciales y sus repercusiones secundarias, como el congelamiento de inversiones o las perturbaciones en las cadenas de aprovisionamiento internacionales, amputarán de aquí a 2020 unos 700,000 millones de dólares del PBI mundial, el equivalente a la economía suiza.

 

Fuente: El Peruano, 16 Octubre del 2019.