LOS SECRETOS DE LOS ASESORES DE INVERSIÓN

 

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Desapercibido por la mayoría de inversionistas que dependen de asesores de inversión, la SEC de Estados Unidos, equivalente a la SBS del Perú, votó recientemente por ajustarle las riendas a los asesores. Hasta ahora en estos últimos solo recaía la obligación de presentar a sus clientes recomendaciones "adecuadas" mas no fiduciarias. Por adecuadas entiéndase en línea con los objetivos del cliente aunque estas impliquen invertir en fondos excesivamente costosos y a pesar de existir alternativas más apropiadas aunque menos rentables para el asesor.

El voto de la SEC implica un regreso a la "regla del hombre prudente" con la cual en 1830 el juez Samuel Putnam dictaba sentencia en el caso Harvard College vs. Amory en Massachusetts. La sentencia exigía al administrador invertir el dinero del cliente con "discreción sana, debiendo observar cómo hombres de prudencia, discreción e inteligencia manejan sus propios asuntos, no con respecto a la especulación, sino con respecto a la disposición permanente de sus fondos y considerando los ingresos probables así como la seguridad del capital invertido. En resumen, la sentencia exigía al adminsitrador invertir el dinero de su cliente como si fuera el suyo.

¿Regresara la regla del hombre prudente al Perú? Peruanos de todo nivel socieconómico estan invertidos de cabeza en fondos mutuos comercializados por asesores que, para sorpresa de muchos, no invertirían en los mimos productos que recomiendan. En más de 16 años administrando portafolios de inversión, más recientemente como family office, he visto suficientes atropellos y anécdotas como para escribir depende no un libro, pero si varios artículos en Gestión sobre el tema.

En 1997 un mago enmascarado haciéndose llamar Val Valentino protagonizó un programa en Estados Unidos llamado "Rompiendo el código de magos: los secretos de los principales actos mágicos por fin revelados". En el programa, que fuera el de mayor sintonía para el canal Fox Networks hasta este momento, Valentino se echaba encima a todos los magos del mundo revelando secretos guardados durante siglos.

Si esperaban algo más, o esperaban encontrar algún secreto en este artículo en uno próximo, me temo confesar que no tengo la misma valentía que Valentino. Pero si nos encontramos en algún momento tóquenme el tema. Hay historias para rato y todas giran alrededor de la siguiente pregunta:

¿quién le paga a tu asesor?

Si recibe compensación de los productos que comercializa estás tratando con un impulsador y un producto saturado en costos y alto en conflictos de interés.

 

 

 

Fuente: Gestión, 24 de Enero del 2020.

 

 

 

 

Las potencias no tienen previsto ninguna cita de alto nivel que indique una rápida solución del pacto comercial.

 

 

 

aranceles EEUU China


Estados Unidos y China siguen sin tener un calendario fijo para cerrar la primera fase de la negociación comercial. Hasta el punto de que el presidente Donald Trump afirma que estaría preparado incluso para esperar otro año, hasta pasadas las elecciones. Pese a la falta de acuerdo, los negociadores de los dos países se están planteando retrasar la extensión de los aranceles que deben entrar en vigor este próximo 15 de diciembre.

Inversores y empresarios tienen la esperanza de que EE UU y China sean capaces de evitar una escalada en el conflicto comercial que lastre aún más la economía global. Es uno de los factores que llevó a la Reserva Federal a rebajar los tipos de interés tres veces consecutivas este año. El pasado octubre se anunció ya un principio de acuerdo para cerrar la primera fase de la negociación.

Se esperaba que EE UU y China lo hubieran cerrado un mes después, coincidiendo con la celebración del G7. Esa cita se canceló por las protestas en Chile, el país que iba a hacer de anfitrión. Los negociadores, sin embargo, siguen tratando de finalizar como se plasmará el pacto. Pekín se comprometió a adquirir productos agrícolas y pidió al mismo tiempo que se empezaran a rebajar los aranceles.

Trump, por su parte, mantuvo su intención de ampliar los aranceles a productos chinos por valor de 165.000 millones de dólares a partir de este domingo. Los negociadores de ambos países, sin embargo, están dado a entender que podrían retrasarse para así dar más margen a la negociación. Es lo que sucedió en ocasiones anteriores cuando se estaba a las puertas de un acuerdo pese a que los aranceles siguieron subiendo.

El secretario de Comercio, Wilbur Ross, recordaba en todo caso que al presidente “le gustan los aranceles” y que no dará su aprobado hasta estar convencido de que el acuerdo “funciona para todos”. Si los progresos en la negociación, Donald Trump está dispuesto a seguir ejerciendo presión como hizo el pasado verano. El republicano está convencido de que los chinos quien un acuerdo.

En este momento no hay previsto ningún evento de alto nivel que indique que el pacto para cerrar la primera fase de la negociación estaría cerca. Los negociadores de las dos partes, sin embargo, están en contacto constate. Trump sugirió incluso la semana pasada que no le importaría esperar hasta pasadas las elecciones presidenciales. Si gana, como dice Ross, “tendrá más munición”.

Washington utiliza como argumento para mantener las espadas en alto la solidez de la economía, frente a los problemas que acusa China. El déficit comercial, además, le da más margen para recurrir a los aranceles como arma proteccionistas mientras que la respuesta de Pekín es más limitada. El conflicto comercial, además, está provocando que la cadena de suministro se mueva a otros países.

El momento de la negociación, en boca de Trump, es “crítico”. La extensión de los aranceles tiene, sin embargo, un elevado riesgo político para el presidente y los legisladores republicanos. Hasta ahora el impacto de la batalla comercial fue bien absorbido por las empresas y se movilizaron ayudas a los agricultores para responder a las medidas de retorsión chinas. Pero si llega al consumidor, la ecuación cambia.

El último tramo de los aranceles afecta a productos importados como teléfonos móviles y televisiones, por lo que las ramificaciones pueden ser mayores. Ni EE UU ni China muestran, en todo caso, prisa para llegar a un acuerdo. La primera fase de la negociación, además, se concentra en los aspectos menos complejos que deben resolverse para que se produzca un cambio estructural en la relación comercial.

Los analistas en Wall Street confían en todo caso en que se deberá llegar a algún tipo de acuerdo antes del ciclo electoral en EE UU. La batalla arancelaria, pese a tener un impacto limitado en el conjunto de la economía, si se estaría comiendo buena parte del beneficio derivado de la rebaja fiscal y eleva la incertidumbre. La pérdida de confianza del consumidor tendría consecuencias mayores.

 

 

 

Fuente: El País, 10 de Diciembre del 2019.