LOS NUEVOS POBRES DE AMÉRICA LATINA

 


Cuando la pandemia golpeó a Piura, una ciudad en el norte del Perú, Daniel Zapata tenía un trabajo a tiempo parcial en una empresa de investigación de mercado. Con los S/ 250 (US$ 70) que ganaba cada mes, pagaba las cuotas de un curso de tres años sobre administración de empresas.

La recesión a causa del covid-19 puso a fin a todo eso. La firma cerró y Zapata, que tiene 20 años y vive con sus padres y una hermana, abandonó sus estudios. La familia recibió S/ 760 como ayuda de emergencia del Gobierno peruano.

Con el confinamiento terminado, ahora deben depender de los ingresos de su hermana como maestra y de la pensión de su padre por los años que trabajó en una fábrica textil. Habiendo vivido en el nivel más bajo de la clase media, Zapata está al borde del abismo de la pobreza. Espera poco de las elecciones generales del próximo abril. Los políticos "simplemente se pelean en lugar de trabajar", dice.

La recesión generada por el covid-19 está acabando con años de progreso en América Latina en cuanto a reducción de pobreza y desigualdad. Los economistas están empezando a trazar un mapa de cuán grande es el impacto social de la pandemia.

Muchos gobiernos impusieron confinamientos prolongados. Estos afectaron en particular a la mitad de los latinoamericanos que trabajaban en la economía informal. Muchos países, como el Perú, compensan parte de la pérdida de ingresos ampliando los programas de apoyo para los pobres. Eso ha ayudado, pero no lo suficiente, y es posible que el esfuerzo no sea sostenible.

Se prevé que la economía de la región se contraiga un 9.1% este año, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de las Naciones Unidad. Dice que esto significa que 45 millones de personas volverán a caer en la pobreza (llevando el total al 37% de la población).

La tasa de desempleo ha aumentado 2.2 puntos porcentuales hasta 11% en nueve países para los que se dispone de datos, informa la Organización Internacional del Trabajo. Los ingresos por salarios en América Latina han caído 19.3%, en comparación con un promedio mundial de 10.7%.

Estas estimaciones suponen que todos pierden un porcentaje similar de ingresos. Nora Lusting, economista argentina, y su equipo de la Universidad de Tulane en Nueva Orleans han utilizado encuestas de hogares para determinar qué grupos perdieron más ingresos y recibieron más del gobierno en Brasil, México, Colombia y áreas urbanas de Argentina, que en conjunto representan dos tercios de la población total de América Latina.

Piensan que los mayores perdedores serán las clases medias bajas de la región, porque los programas de asistencia social proporcionan un nivel mínimo de ingresos para muchos de los pobres.

Aunque las mujeres, los afrodescendientes y los pueblos indígenas tienen más probabilidades de perder ingresos, ellos reciben más ayuda del gobierno.

Luistig cree que para fin de año puede haber hasta 21 millones de nuevos pobres en esos cuatro países. El impacto es mucho mayor en México que en Brasil, debido a las contrastantes políticas gubernamentales. El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dice ser de izquierda su lema de campaña fue "Primero, los pobres". Sin embargo, ha hecho poco para ayudar a los más pobres.

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, es de extrema derecha. Pero su gobierno ha realizado un pago de emergencia de US$ 107 al mes durante cinco meses, del que se han beneficiado 53 millones de personas. El pago ha sido extendido, aunque por un monto menor. La pobreza podría incluso disminuir levemente en Brasil, mientras que en México habrá al menos 10 millones de nuevos pobres.

El daño será prolongado. A pesar de que la pandemia finalmente está comenzando a menguar en la región, al menos por ahora, y muchas economías se han abierto nuevamente, la demanda seguirá deprimida porque las empresas y los trabajadores son más pobres.

Investigadores del Banco Interamericano de Desarrollo han descubierto que en recesiones pasadas, cuando el FBI se contraía un 5% o más, el desempleo tardaba un promedio de nueve años en volver a su nivel anterior.

Si la recesión inducida por la pandemia es como las anteriores, revertirá gran parte del progreso reciente de América Latina en cuanto a reducción de la desigualdad. Las causas de ese progreso incluyeron la expansión de la educación y mayor demanda de trabajadores no calificativos en las empresas de servicios. Es mucho menos probable que las personas en dificultades puedan trabajar de forma remota. Los muchos trabajadores poco calificados cuyos trabajos requieren contacto personal (camareros, peluqueros, etc.) pueden ver caer sus salarios.

Incluso antes de la pandemia, América Latina era muy desigual. La frustración por el lento crecimiento económico, la falta de oportunidades y una clase política desacreditada se manifestó en la elección de presidentes populistas y en protestas callejeras en varios países.

Las decenas de millones de nuevos pobres tienen motivos para estar resentidos. Puede que no acepten su destino en silencio. Es probable que eso dé forma a la política de la región en los próximos años.

 

 

 

Fuente: Gestión, 09 de Octubre del 2020.