LUEGO DEL BOOM

 

 

¡Amanece en Estados Unidos! La vacunación avanza a ritmo de más de dos millones de personas diarias, lo que indica que dentro de pocos meses habremos podido superar la pandemia, a menos que reaperturas prematuras o variantes del virus que sean inmunes a las actuales vacunas desencadenen otra ola de contagios. La agencia de Centros para el Control y Prevención de Enfermedades ya ha declarado que los adultos inoculados pueden socializar entre ellos, con sus hijos y nietos.

En el frente económico, el Senado aprobó el proyecto de ley que debe ayudar a los estadounidenses a superar los restantes meses difíciles y dejarlos listos para volver a trabajar y gastar. Los economistas han notado la buena noticia.

Proyecciones sondeadas por Bloomberg predicen un crecimiento de 5.5% para este año, la tasa más alta desde los 90. Creo que están siendo conservadores y Goldman Sachs también lo considera así: espera 7.7%, tasa que no teníamos desde 1984.

¿Pero qué pasará después? Soy muy optimista sobre las perspectivas económicas de los próximos dos años. Luego de eso, sin embargo, vamos a necesitar otra gran iniciativa para que los buenos tiempos continúen. El Plan de Rescate del presidente Biden es que el nombre implica, un alivio de corto plazo para una emergencia económica. Contiene elementos que los demócratas esperan que se vuelvan permanentes, protección de la niñez, mayores subsidios para seguros médicos, pero el grueso del gasto se habrá desvanecido en un año.

Y cuando eso haya ocurrido, es muy probable que regresemos a un "estancamiento secular", condición en la cual la economía enfrenta problemas persistentes para mantener el pleno empleo, incluso con tasas de interés ultra bajas. Una economía en estancamiento secular tendrá ocasionales buenas épocas, peo los gobernantes la tendrán difícil para compensar los malos tiempos, como el estallido de una burbuja financiera.

Eso es malo. Hay consenso entre economistas de que la economías estadounidenses pasó la mayor parte de la década posterior a la crisis financiera del 2008 produciendo y empleando menos de lo que debió. Tal vez hayamos estado cerca del pleno empleo en vísperas de la pandemia, pero ni siquiera eso está claro.

Las razones de por qué estuvimos en esa condición están sujetas a debate, pero algunos factores son obvios.

Una drástica desaceleración en el aumento de la población en edad de trabajar redujo la demanda de inversión, lo mismo que una aparente lentitud en el progreso tecnológico. Cualesquiera las razones, la economía pre pandemia rindió por debajo de su potencial.

Y los mercados financieros están emitiendo señales de que esperan un retorno a esa situación después del boom.

Hoy en día, las tasas de interés son un barómetro del optimismo económico, han subido a medida que el plan de rescate se dirigía hacia su aprobación. Pero el alza ha sido modesta en comparación con lo ocurrido cuando la Reserva Federal anunció una menor flexibilización cuantitativa, el 2013.

Los mercados nos están diciendo que luego del boom esperan un regreso al estancamiento. ¿Cómo evitarlo?

La respuesta es obvia: un programa de inversión pública de gran tamaño, principalmente financiado con deuda, aunque también con impuestos si es realmente grande. A parte de lo macroeconómico, necesitamos gastar mucho para reconstruir nuestra decrépita infraestructura, combatir el cambio climático y más, la inversión pública puede ser una fuente relevante de empleos y crecimiento, siendo así una ayuda para escapar de la trampa del estancamiento.

La buena noticia es que los economistas de Biden entienden perfectamente todo esto y parece que ya están en proceso de diseñar un plan de infraestructura muy ambicioso. La mala noticia es que hacer que tal plan sea aprobado será muy difícil políticamente, probablemente más que el rescate de corto plazo. En una democracia eficiente, no debería ser difícil diseñar un gran plan de inversión pública.

Frank Newport, científico sénior de Gallup, escribió que "cada evidencia de encuestas que he revisado muestra que los estadounidenses están extremadamente a favor de nueva legislación sobre infraestructura". Hay que recordar que el Gobierno de Trump pasó cuatro años prometiendo un plan que nunca se materializó. Pero cada evidencia de encuestas que yo he revisado también muestra que los estadounidenses, incluidos muchos republicanos apoyaban el Plan de Rescate de Biden, aunque ningún republicano electo votó a favor.

Probablemente los republicanos mostrarán la misma oposición a cualquier cosa que los demócratas propongan sobre infraestructura. De hecho, la popularidad del gasto en infraestructura endurecerá su oposición, porque lo que ellos quieren, por sobre todo, es que el Gobierno de Biden fracase.

Así que la gran pregunta es si los demócratas podrán realizar otro milagro político y aprobar una segunda ronda de la legislación económica crucial frente a una oposición arrasadora. La respuesta a esa pregunta determinará si el boom de Biden perdurará.

 

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Fuente : Gestión, 10 de marzo del 2021.