CUIDADO CON ENTRAR EN PÁNICO

 



 

Chatib Basri convirtió en ministro de Finanzas de Indonesia el 21 de mayo del 2013. Fue un día antes del inicio de una venta masiva de activos financieros conocida como "taper tantrum", generada por el alza abrupta de los rendimientos de los bonos del Tesoro de Estados Unidos luego que el entonces presidente de la Reserva Federal (Fed), Ben Bernake, habló de reducir las compras de bonos que efectuaba la entidad.

Los elevados rendimientos estadounidenses golpearon el atractivo de los mercados emergentes, minando el valor de sus monedas, bonos y acciones. Los gobiernos de mercados emergentes temen un segundo "exabrupto". Ante el salto de los rendimientos de los bonos del Tesoro a fines de febrero, un índice de acciones de mercados emergentes cayó más de 7%. Aunque ha vuelto la calma, si se vuelve a perder la compostura, ¿cuáles de esas economías serán las más dañadas y por qué?

Una forma de identificar futuras víctimas es analizar las características de las pasadas. El 2013, Indonesia formaba parte de los "frágiles cinco", como los llamó James Lord, de Morgan Stanley. Ese grupo también incluía a Brasil, India, Sudáfrica y Turquía. Todos afrontaban presiones inflacionarias, tipos de cambio sobrevaluados y conspicuos déficits en cuenta corriente.

Factores similares fueron considerados en un "índice de vulnerabilidad" elaborado por economistas de la Fed el 2014. En general, si un país tenías un puntaje bajo, su moneda cayó más durante el exabrupto. Esta clase de evidencia ha hecho que los funcionarios de la entidad argumentan que la sensibilidad de los mercados emergentes a las declaraciones y acciones de la Fed depende mucho de sus fundamentos macroeconómicos. Para sus críticos, puede sonar a que está culpando a la víctima.

Pero también es un mensaje esperanzador pues implica que esos países tienen cierto control sobre sus destinos. "No son objetos pasivos de los efectos de las decisiones de la Fed", indicó Bernanke el 2015. Basri recuerda que se aplicaron numerosas medidas para reducir la fragilidad de Indonesia. Se elevó las tasas de interés para bajar el déficit en cuenta corriente, se endureció la regulación del crédito y se recortó subsidios a los combustibles, a pesar del daño político que ocasionaría.

De hecho, juzgados por los criterios del 2013, los mercados emergentes lucen hoy frágiles. La inflación es baja, los tipos de cambio "se han abaratado considerablemente" y sus cuentas corrientes "han mejorado mucho", señala Lord. Sin embargo, los indicadores de fragilidad no serían apropiados para el 2021 pues la pandemia ha deprimido la demanda y reducido las importaciones, lo que han acortado temporalmente los déficits en cuenta corriente en todo el mundo.

La lucha contra el covid-19 ha ampliado otro déficit: la brecha entre el gasto y los ingresos de los gobiernos. Los déficits presupuestarios promediaron más de 10% del PBI en los frágiles cinco el año pasado, según el FMI. La sostenibilidad fiscal "se ha convertido en el área clave de preocupación para algunos mercados emergentes", sostiene Lord.

El 02 de marzo, estrategas de bonos del banco HSBC publicaron un ranking alternativo. Los menos resilientes son Brasil, Indonesia, México y Sudáfrica, cuyas economías han estado propensas a déficits en cuenta corriente en años recientes. Y una considerable deuda pública en Sudáfrica y, especialmente, en Brasil, los deja expuestos a saltos en las tasas de interés, que hoy están inusualmente bajas. Pero no son las únicas fuentes potenciales de vulnerabilidad.

Cuando los rendimientos estadounidenses suben y el dólar se fortalece, los países con deuda en divisas fuertes tienen mayores dificultades para pagarla. El problema no termina ahí, según Valentina Bruno, de la Universidad Americana en Washington DC, y Hyun Song Shin, del Banco de Pagos Internacionales (BPI). Un deterioro en la solvencia de un deudor en el portafolio de un acreedor internacional puede limitar los riesgos que esté dispuesto a asumir en otros mercados emergentes, incluso en los que se endeudan en su propia moneda.

Boris Hofmann y Taejin Park, del PBI, han demostrado que un dólar en alza es un peligro para mercados emergentes que han vendido buena parte de sus bonos a extranjeros . Un motivo de que México esté en la lista del HSBC, y Turquía no, es que el 46% de los bonos del Gobierno mexicano en moneda local está en manos de extranjeros, mientras que es menos del 7% en el caso turco.

Esto es un dolor de cabeza para ministros de Finanzas concienzudos en mercados emergentes. Si se esfuerzan por reformar sus economías para reducir su fragilidad, estas se harán más atractivas para inversionistas foráneos, que comprarán más de sus bonos. Pero ello podría hacerlas más vulnerables a corridas ante un deterioro en las condiciones financieras globales, como le ocurrió a Indonesia el 2015. En suma, las economías emergentes no son indefensas víctimas de la Fed, aunque pueden ser desafortunadas víctimas de su propio éxito.

 

 

 

Fuente : Gestión, 11 de marzo del 2021.