AYUDA A FAMILIAS Y CREACIÓN DE EMPLEOS

 

 

Atención, conservadores: si los principales elementos del plan de ayuda a las familias de Joe Biden se convierten en legislación, será muy difícil derogarlos porque brindarán beneficios transformativos a millones. Basta con imaginar que intenten eliminar el cuidado infantil accesible, educación prekinder universal y licencia pagada a padres de recién nacidos.

El cargamontón que enfrentarían sería mucho peor que el surgido tras los intentos republicanos de eliminar la cobertura de preexistencias, el 2017.

Y ese cargamontón otorgó a los demócratas el control de la Cámara Baja y preparó el terreno para que ahora controlen del Senado y la Casa Blanca.

¿Cuál es el contrargumento republicano? Pues muchos en ese partido no parecen interesados en debatir políticas, sino en atacar planes imaginarios como la prohibición de consumir carne. La respuesta del partido al discurso de Biden del miércoles pasado, a cargo del senador Tim Scott, pareció de baja energía. Es que sigue quejándose por el "Gobierno grande" y criticando a Biden por gastar en cosas que no sean caminos y puentes.

Lo más cercano a un argumento fue afirmar que Biden está proponiendo "la mayor alza impositiva asesina de empleos en una generación", quizás en alusión al aumento de impuestos de Bill Clinton de 1993. En efecto, el Gobierno piensa financiar sus propuestas con impuestos más altos a corporaciones y personas de ingresos elevados, además de otorgar a la administración tributaria recursos suficientes para detectar evasores.

Por ello es importante entender que el plan para familias, de ser promulgado, será un gran creador de empleos. Es que aumentará el número de estadounidenses con trabajo, mujeres en particular, probablemente en varios millones. Lo primero que hay que saber es que los republicanos siempre aseguran que elevar impuestos a los ricos destruye empleos, pero nunca tienen razón. Por ejemplo, el país agregó 23 millones de empleos durante el Gobierno de Clinton.

La gente también parece olvidar que en la gestión de Barack Obama hubo una significativa alza impositiva sobre ingresos altos y la economía continuó agregando un promedio de 2.5 millones de empleos al año. También es didáctico comparar a Estados Unidos con otros países avanzados, casi todos los cuales tienen impuestos más elevados y beneficios sociales más generosos que nosotros. ¿Pagan ellos un precio por esas políticas en la forma de un empleo reducido?

Sospecho que muchos compatriotas se sorprenderían al saber que muchos países con tales políticas son bastante exitosos en crear trabajo. Es el caso de Francia: los adultos entre 25 y 54 años, la edad laboral más productiva, tienen mayor probabilidad de estar trabajando que los de Estados Unidos, principalmente porque las francesas tienen una mayor tasa de empleo que sus contrapartes estadounidenses. Los países nórdicos poseen una ventaja laboral femenina incluso mayor.

¿Cómo puede el empleo ser tan alto en países con tantos impuestos "asesinos de empleos"? La respuesta es que los impuestos no matan puestos de trabajo, la falta de cuidado infantil sí. En muchos países ricos, los progenitores pueden dedicarse a trabajar porque tiene acceso a cuidado infantil seguro y accesible, mientras que en Estados Unidos es prohibitivamente caro para muchos. Y el motivo es que nuestro Gobierno gasta casi nada en cuidado infantil y educación prekínder, que como porcentaje del PBI nos ubica por debajo de Chipre y Rumania.

El plan de ayuada las familias cambiaría ese escenario por completo, ya que proveerá educación preescolar gratuita a todos los niños de 3 y 4 años, al tiempo que limitará los costos del cuidado infantil a no más del 7% del ingreso para padres de ingresos bajos y medios. Si esto aumentase el empleo de mujeres en edad más productiva a los niveles de Francia agregaría alrededor de 1.8 millones a la fuerza laboral ocupada; y si apuntásemos a los niveles de Dinamarca, serían 3 millones.

Siendo claros, hacer posible que más mujeres accedan a puestos de trabajo no es el principal objetivo del plan y no hay nada de malo en que los padres elijan quedarse en casa para cuidar a sus hijos. En lugar de ello, el plan está dirigido a mejorar el entorno en el que los niños crecen, en parte como un asunto de justicia social y, en parte, a fin de que eventualmente se conviertan en adultos más saludables y productivos.

Pero el mayor empleo sería un significativo efecto secundario. También ofrecería una compensación fiscal parcial al costo directo del cuidado infantil y prekinder, debido a que los nuevos trabajadores pagarían impuestos y porque tendrán menor probabilidad de necesitar el respaldo de programas sociales, como cupones de alimentos.

No, los planes de gasto de Biden no se financiarán por sí solos, pero costarán a los contribuyentes menos de lo que las cifras podrían indicar.

Y si estos planes mejoran la vida de millones de estadounidenses, ¿le importará alguien, a parte de los ideólogos profesionales, si corresponden a un Gobierno grande?

 

 

Fuente: Gestión, 05 de mayo del 2021.