ACTO DE EQUILIBRISMO

 

 

Se suele decir que la inflación consiste en que demasiado dinero está a la caza de muy pocos bienes. En muchos países, eso ha sido el año 2021. La resurgente demanda colisionó con una oferta insuficiente, lo que generó una inflación anualizada de 3% en la eurozona, más de 4% en Estados Unidos y por encima de 9% en Brasil.

Tales presiones sobre los precios, sumadas a señales iniciales de que las economías despegarían a medida que se levantaban los confinamientos y más gente se vacunaba, condujo a los gobiernos a fijar el rumbo para reducir gradualmente los estímulos de emergencia. En muchos países, el respaldo fiscal se está reduciendo y los bancos centrales están ajustando sus políticas monetarias, o pensando en hacerlo.

Pero en una pandemia, las cosas pueden cambiar rápidamente. Con la programación de la variante delta, el riesgo es que la política económica se normalice justo cuando el crecimiento económico pierda ímpetu. Los gobiernos están retirando el generoso apoyo que proporcionaron en las primeras. No se está considerando un giro hacia la austeridad; de hecho, en la Unión Europea se está comenzando a gastar un fondo de recuperación por US$ 886,000 millones) acordado el año pasado.

Sin embargo, la política fiscal se está volviendo menos flexible. En los países del G20, se espera que los déficits fiscales, netos del pago de intereses y ajustados en función de las condiciones del cliclo económico, se reduzcan a la mitad el próximo año respecto del 2021. Por ejemplo, en Estados Unidos, los subsidios de emergencia para el desempleo expiraron el 6 de setiembre.

 

 

 

Fuente: Gestión, 18 de septiembre del 2021.