¿CÓMO ESTÁ LA ECONOMÍA ESTADOUNIDENSE?


El reporte de empleo de noviembre fue desconcertante. La Oficina de Estadísticas Laborales realizados encuestas separadas, una a empleadores y la otra a hogares; y es de esperar que ambas tengan resultados similares, pero en esta ocasión no fue tanto así. Según el sondeo a empleadores, hubo 210,000 nuevos puestos de trabajo, número respetable, pero no lo que muchos esperaban. Pero el sondeo a hogares arrojó cifras estupendas; en particular, la tasa de empleo de adultos en edad productiva, indicador clave de la salud del mercado laboral, se acerca a su nivel prepandemia.

No hay que hacer mucho caso a las aparentes inconsistencias, pues el ruido estadístico ocurre y, en términos generales, el panorama económico se ve bastante bien.

En muchos aspectos, se ve como la mejor recuperación en décadas.

Pese a ello, los consumidores parecen estar muy pesimistas, al menos, eso es lo que dicen en las encuestas como la de la Universidad de Michigan. Y esa percepción de una economía en mal estado está influyendo sobre la aprobación del presidente Biden.

¿Tienes razón los consumidores? ¿La economía no está mal, por qué el público dice que sí lo está? Sinceramente, quiero conocer las respuestas. No creo que sea un caso de "los grandes medios informativos están mintiendo a la población", aunque opino que es ridículo cuando la ente en los medios se indigna ante cualquier sugerencia de que la manera en que informan sobre la economía influye en las percepciones del público.

Entonces, ¿qué está pasando? Comencemos con la culpable obvia, la inflación, que es la más alta en décadas. El alza de precios ha erosionado las ganancias salariales de muchos, aunque el ingreso real percápita sigue por encima de su nivel prepandemia. Mi sensación es que la inflación tiene un efecto corrosivo sobre la confianza, incluso cuando los ingresos aumentan, porque crea la percepción de que la situación está fuera de control.

Dicho esto, las encuestas sobre inflación también ilustran que cuando se habla de los consumidores, las preguntas que responden podrían no ser las que uno cree haber formulado. Una observación recurrente es que la "expectativa inflacionaria" de la encuesta Michigan es, en la práctica, el precio esperado de la gasolina. Por tanto, ¿qué responde realmente el público cuando se le pregunta sobre la economía?

Una pista es que hay un asombroso sesgo partidista en las respuestas. Los republicanos dicen que las actuales condiciones económicas son mucho peores que en marzo del 2009 (cuando se perdían 800,000 empleos al mes). Otra pista es que se obtienen respuestas diferentes cuando se pregunta "¿Cómo te va?", en lugar de "¿Cómo le va a la economía?".

Para elaborar su índice de confianza del consumidor (CCI), la encuestadora Langer formula preguntas separadas a la gente sobre la economía nacional, su opinión es sombría y su situación financiera personal, la califican mejor. La encuesta Michigan no hace esas preguntas, pero sí pide a la gente comparar su actual situación financiera con la de hace cinco años: el 63% dice estar mejor, el mismo porcentaje que en setiembre de 1984, justo antes del arrollador triunfo de Ronald Reagan para su segundo periodo.

A parte de analizar lo que el público dice, también tiene sentido analizar lo que hace. Si los consumidores realmente están tan deprimidos, ¿por qué las ventas minoristas están tan fuertes? Y en el caso de las empresas, hay un enorme aumento del gasto de capital, es decir, están invirtiendo como si viesen una economía boyante y previesen que el boom continuará. En suma, la opinión altamente negativa del público sobre la economía no concuerda con ningún otro indicador.

De nuevo, ¿qué está pasando?

Como ya lo mencioné, parte de la respuesta es probablemente que la inflación enerva a la gente, incluso cuando sus ingresos suben.

Esto sería especialmente cierto cuando hay grandes incrementos en el costo de la gasolina, que es sicológicamente más relevante que su 4% de ponderación en el CCI. El partidismo es definitivamente otro factor. Dos tercios de los republicanos creen que les robaron la elección del 2020; ¿cuán difícil será para ellos creer que, cualquiera sea su experiencia personal, la economía bajo la presidencia de Biden está horrible?

Por último, como también ya mencioné, es imposible aseverar que el tono de la cobertura mediática es irrelevante. No se trata necesariamente de un asunto partidista. Mi mundo está lleno de comentaristas económicos que han dedicado años, ávidos por moralizar sobre los males de la inflación y que estuvieron amargamente decepcionados cuando sus esperados desastres no se materializaron hace una década. En estos momentos, tienen otra oportunidad y ciertamente están teniendo algún efecto sobre las percepciones del público.

Por ende, es importante mantener la perspectiva. La economía estadounidense está bien, aunque con algunos problemas. No permitamos que los agoreros nos digan lo contrario.

 

 

Fuente: Gestión, 15 de diciembre del 2021.