COMO EVITAR UNA "RECESIÓN PUTIN"


El líder de la minoría republicana en la Cámara Baja, Kevin McCarthy, ha tuiteado que "Estos precios de la gasolina no son de Putin. Son precios de Biden". Esta declaración incluye una mentira que tiene una incidencia directa sobre la manera en que Estados Unidos seguirá respondiendo a la invasión de Rusia a Ucrania.

Se puede argumentar sobre cuánta responsabilidad tienen las políticas del Gobierno sobre la inflación en otras partes de la economía del país, pero el alza del precio de la gasolina refleja el incremento del precio mundial del petróleo, el cual no ha sido afectado significativamente por nada que Biden haya causado el encarecimiento de la gasolina en todo el mundo y por aproximadamente el mismo monto. Osea, realmente son los precios de Putin.

¿Por qué esto es importante?

Aparte del burdo intento de McCarthy por culpa a Biden, hay un relevante aspecto económico. El mundo está frente un shock provocado por Putin: un aumento de los precios del petróleo y otros commodities como consecuencia de la agresión rusa y de las sanciones económicas impuestas por Occidente en represalia. Cabe preguntarse si ese shock generará una recesión (fuera de Rusia, que probablemente está cerca de enfrentar una).

La respuesta es que no tiene que ser así, pues es posible evitar una "recesión Putin", lo cual depende de cómo responda la política económica. Y para que esa respuesta sea la correcta, se necesita lucidez para analizar la naturaleza del problema.

No es la primera vez que afrontamos una subida del precio del petróleo provocada por eventos fuera de Estados Unidos. Los ejemplos famosos son las alzas tras la guerra de Yom Kipur (1973) y la Revolución iraní (1979), pero hoy otros importantes como el alza de 2010-2011 por la recuperación de la economía mundial luego de la crisis financiera del 2008, la que encareció fuertemente la gasolina. Respecto del salario promedio, el precio del galón alcanzó un pico equivalente a más de US$ 5 de hoy.

Sin embargo, las consecuencias económicas de esos incrementos variaron considerablemente. Los shocks del petróleo de los años 70 fueron seguidos de severas recesiones en el país, pero el de 2010-2011 no descarrilló la recuperación económica que estaba en marcha. ¿A qué se debe esa diferencia?

En 1997, Ben Bernanke, Mark Gertler y Mark Watson publicaron un ahora clásico análisis de los efectos de alzas del precio del petróleo sobre la economía estadounidense. Concluyeron que las recesiones que solían ser consecuencia de esos shocks reflejaban principalmente "la respuesta endógena de la política monetaria".

Es decir, las recesiones no ocurrieron porque el crudo subió, sino porque la Reserva Federal (Fed), temiendo una espiral precios-salarios- elevó considerablemente las tasas de interés.

Y eso es justamente lo que no hizo en 2010-2011. A pesar de la presión de republicanos que alertaban que el dólar estaba siendo degradado, Bernanke, entonces presidente de la Fed y sus colegas mantuvieron bajas las tasas, y la negativa de la entidad para cambiar de rumbo fue vindicada por los hechos: el precio de la gasolina se estabilizó, la inflación no se acrecentó y la economía siguió creciendo.

¿Qué nos dice esta experiencia sobre la situación actual? Si la inflación fuese baja, la medida correcta sería obvia: no elevar las tasas de interés. Pero el shock Putin nos encontró con una inflación incómodamente alta, así que creo que la Fed debería actuar con mesura. O sea, debe auemntar gradualmente las tasas de interés para enfriar una economía que parece estar sobrecalentada. Lo que no debería hacer, es dejarse amedrentar para frenar en seco y subir drásticamente las tasas, como lo hizo en los 70.

El incremento del precio del crudo provocará tasas inflacionarias elevadas los próximos meses y habrá mucha presión sobre la Fed para reaccionar exageradamente. Algo de esa presión provendrá de gente como McCarthy, que a pesar de que la realidad es otra, insiste en que el encarecimiento de la gasolina está siendo causado por la política económica interna. También provendrá de gente en cuya mente siempre estamos por experimentar una reedición de los 70.

Pero el 2022 no es 1979. La inflación es alta, lo mismo que las expectativas inflacionarias para los próximos doce meses, pero las de mediano plazo no se han incrementado mucho y están muy lejos de los niveles que existían alrededor de 1980. Esto indica que la inflación no se está atrincherando en la economía y si esta se enfría un poco, y el shock inflacionario causado por el alza del petróleo es un evento puntual, que es lo que yo creo, estaremos bien si la Fed mantiene la calma y continúa como hasta ahora.

¿Puedo equivocarme? Por supuesto. Pero consideremos los costos de estar equivocado en la dirección opuesta y frenar innecesariamente. En estos momentos, parece que mantener una política monetaria estable puede evitar que el shock de Putin se convierta en recesión. En la medida de lo posible, eso es lo que deseamos.

 

 

Autor: Paul Krugman. Fuente: Gestión, 16 de marzo del 2022.