¿ESTÁ AMAINANDO LA INFLACIÓN?

 



 

Esta Navidad, el precio promedio de la gasolina en Estados Unidos fue casi US$ 0.20 menos que hace un año, aunque aún está por encima que durante la recesión índucida por la pandemia. Pero el ratio salario promedio/precio de la gasolina, que mide la capacidad de comprar ese combustible, está cerca de su nivel precovid.

Si bien este precio no es un buen indicador de salud económica o de una acertada política económica, su reducción es uno de los muchos indicadores de que la tormenta inflacionaria de 2021-2022 está amainando. ¿Recuerdan la crisis de las cadenas de suministro, con los fletes por las nubes? Pues ya terminó. En términos más amplios, recientes reportes sobre mediciones de la inflación que la Reserva Federal (Fed) usa para orientar su política de tasas de interés han sido muy positivos. ¿Será este el invierno (boreal) en que nuestro descontento menguará?

Después de los tremendos shocks de los últimos dos años, nadie quiere emocionarse demasiado con las buenas noticias. Tras haber subestimado los pasados riesgos inflacionarios, estoy esforzándome para refrenar mi entusiasmo, y la Fed, que está preocupada por su credibilidad, está aún más inclinada a mantener la prudencia. Es que todavía hay nubes, como explicaré más adelante. Aún es muy pronto para declarar que el frente inflacionario ya está despejado.

Sin embargo, ha habido una inversión de roles en el debate sobre la inflación. El año pasado, optimistas como yo tratábamos de explicar las malas noticias (minimizándolas), pero ahora son los pesimistas los que intentan hacer lo mismo con las buenas. Lo realmente sorprendente es que, hasta ahora al menos, la inflación no ha seguido el guion de los pesimistas.

Muchos comentaristas insistían en que la desinflación requeriría de un sostenido periodo de alto desempleo digamos que por lo menos 5% de desempleo durante cinco años. Y para ser justo, esta predicción podría ser reivindicada si la reciente mejora resulta siendo un falso amanecer. No obstante, la inflación ha disminuido rápidamente, pese a que el desempleo está cerca de mínimos históricos.

¿Qué lo explica? Parece que gran parte, no toda, del fuerte aumento de precios reflejó eventos únicos asociados con la pandemia y sus secuelas, que fue lo que el "equipo transitorio" (yo incluido) afirmó todo el tiempo salvo que los efectos transitorios fueron mucho más intensos y prolongados de lo algunos imaginamos.

Primero fueron los problemas logísticos. Los consumidores, temiendo al contagio, evitaron recibir servicios personales y compraron bienes físicos, con lo que el mundo enfrentó una repentina escasez de contenedores, capacidad portuaria y más. Los precios de muchos bienes se dispararon pues la logística de la globalización resultó siendo menos robusta y flexible de lo que se creía.

Luego vino un repunte en la demanda por viviendas, probablemente debido al aumento del teletrabajo. El resultado fue un alza de los alquileres y dado que las estadísticas oficiales usan ese dato para estimar el costo habitacional, el cual sirve para medir gran parte de la inflación, la elevó aún más pese a que aminoraban las dificultades de las cadenas de suministro.

Nueva data de la oficina de la Fed en Cleveland confirma lo que las empresas privadas han estado diciendo por meses: las rápidas alzas de los alquileres para nuevos arrendatarios se han detenido y podrían estar disminuyendo, lo que todavía no se refleja en la inflación. Los precios de las viviendas han pasado de ser un factor inflacionario importante a una fuerza estabilizadora de precios.

¿Por qué no deberíamos celebrar? Estoy menos convencido que antes de que nadie, yo incluido, entiendela inflación lo suficientemente bien como para examinar sus entrañas y que sirva de algo. Básicamente, si excluimos más y más rubros de la medición en busca de la inflación "subyacente", lo que queda se convierte en algo cada vez más extraño y poco fiable. Por el contrario, mi inquietud (y creo que de la Fed) radica en que el mercado laboral todavía se ve recalentado y los salarios suben demasiado rápido para ser consistentes con una inflación aceptablemente baja.

 

 

Autor: Paul Krugman, Gestión. 28 de diciembre del 2022