CÓMO EVITAR UNA RECESIÓN

 

 

Por ahora, el 2023 luce distinto al 2022. Muchos índices bursátiles, como el Euro Stoxx 600, y uno de precios de acciones de mercados emergentes, han visto sus mejores inicios de año en décadas. El tipo de cambio ponderado del dólar ha caído 7%. Hace no mucho se sentía como si una recesión global era inminente, pero hoy el optimismo está de vuelta.

"Hola, bajos precios del gas, chau recesión", celebraban analistas de JPMorgan Chase en un reporte sobre la eurozona el 18 de enero, mientras que Citi- bank indicaba que "la probabilidad de una recesión global es ahora 30%, (frente) al 50% que mantuvimos en la segunda mitad del año pasado". Sin embargo, la economía mundial está ahora más débil que en cualquier momento desde la cuarentena del 2020. Las proyecciones responden, en parte, a data económica en tiempo real.

A pesar de los malos augurios desde que Rusia invadió Ucrania, esos cálculos se han sostenido mejor de lo esperado. Es el caso de la estimación semanal del PBI de la OCDE, que representa alrededor del 60% de. la producción mundial. No está boyante, pero pocos de sus miembros la pasan mal. En tanto, las cifras oficiales siguen siendo mixtas. Data reciente de retaile industria en Estados Unidos estuvo por debajo de las expectativas, pero en la OCDE la confianza del consumidor ha subido tras registrar su mínimo histórico en el verano (boreal).

Los mercados laborales parecen estar sosteniéndose. En algunos países ricos, el desempleo está aumentando señal de que se avecina una recesión. Casi todos los días hay noticias de que otra gran tecnológica está despidiendo gente. Pero este sector es una pequeña parte de todos los empleos y, en la mayoría de países, el desempleo sigue bajo. Lo bueno es que donde la demanda por trabajadores cae, los empleadores están retirando sus anuncios de vacantes en lugar de reducir personal.

Los inversionistas de cartera prestan atención de los mercados laborales, pero lo que realmente les interesa en estos momentos es la inflación. Es muy pronto para saber si la amenaza ha pasado, pero ya no está empeorando. En Estados Unidos, la inflación subyacente está bajando, así como el porcentaje de pequeñas empresas que planean elevar sus precios. Las expectativas inflacionarias del público en países ricos también estarían cayendo.

Dos factores explican por qué la economía global ha aguantado mejor de lo esperado: los precios energéticos y las finanzas del sector privado. En el año pasado, el costo del combustible en el mundo rico subió más de 20% y 60% o más en partes de Europa. Los economistas esperaban que los precios siguieran altos el 2023, golpeando a actividades intensivas en energía como la industria pesada. Pero las empresas, ayudadas por un clima excepcionalmente cálido, han probado ser inesperadamente flexibles cuando se trata de lidiar con costos altos.

En noviembre, el consumo industrial de gas en Alemania fue 27% inferior de lo normal, pero la producción industrial solo fue 0.5% menor que en el mismo mes del 2021. En el periodo navideño, los precios europeos del gas natural cayeron a la mitad de sus niveles previos a la invasión rusa a Ucrania.

La fortaleza de las finanzas del sector privado también marco la diferencia. Calculamos que las familias en el G7 poseen ahorros "en exceso" por unos US$3 billones (10% del gasto de consumo anual), acumulados vía la combinación de estímulos durante la pandemia y menores egresos en 2020-2021. Como resultado, aunque las ganancias trimestres de las empresas en Estados Unidos señalan que si bien el gasto está flaqueando, no está desbarrancándose. Los consumidores pueden capear los altos precios y el elevado costo del crédito.

El argumento pesimista permanece sólido. Los bancos centrales tienen un largo camino antes de estar seguros de que la inflación estará bajo control, en especial con la presión sobre los precios de los commodities por la reapertura de China. Y las proyecciones económicas en Estados Unidos están volviéndose sombrías.

Además, apenas la gente comienza a peder sus empleos y reducir sus gastos, se torna difícil predecir la intensidad de una recesión. Una lección crucial de años recientes es que si algo puede salir mal, suele salir mal. De todos modos, es bonito tener un rayo de esperanza.

 

 

Autor: The Economist. Fuente: Gestión, 31 de enero del 2023.