MEJOR DE LO ESPERADO

 

 

 

 

Para sorpresa de nadie, Joe Biden anunció formalmente que buscará la reelección. Y me da miedo el año y medio de bola de cristal política que nos espera, pero algo en lo que yo podría contribuir es en cómo hablamos de la economía del país. Me parece que gran parte de la discusión política está informada por una sensación de que la economía será un pesado pasivo para los demócratas, sensación que está muy marcada por data desactualizada o cuestionable-.

Claro que mucho puede cambiar de aquí a noviembre del 2024. Podría haber recesión como un efecto retardado del ajuste monetario de la Reserva Federal (Fed) o una crisis financiera este verano (boreal) ante la renuencia de los republicanos de elevar el límite de endeudamiento federal. Pero en estos momentos, la economía está en mejor forma de lo que, sospecho, podrían deducir la mayoría de expertos y hasta los lectores bien informados.

El caso económico base es que con Biden, Estados Unidos ha experimentado una rápida y esencialmente completa recuperación de su mercado laboral. En un inicio, estuvo acompañada de una angustiante alta inflación, que aun siendo así para los estándares de décadas pasadas, ha disminuido considerablemente. A menos de que usted haya estado siguiendo a Tucker Carlson o la red social de Trump (Truth Social), es probable que esté al tanto de que el desempleo ronda niveles mínimos históricos.

Sin embargo, sigo oyendo aseveraciones de que ese dato es engañoso porque millones de estadounidenses han abandonado la fuerza laboral, lo cual era verdad hace un año, pero ahora ya no. Una forma de explicarlo es comparar la situación actual con cálculos realizados justo antes de la pandemia. En enero del 2020, la Oficina Congresal del Presupuesto proyectó que pa- ra el primer trimestre del 2023, el empleo no agrícola sería de 154.8 millones de personas: en marzo, el nú- mero real era 155.6 millones.

Unreciente reporte del Consejo de Asesores Económicos del Gobierno subraya que la participación en la fuerza laboral, el porcentaje de adultos que trabajan o buscan trabajo-también está alineada con las proyecciones prepandemia. En resumen, hemos retornado al pleno empleo.

La inflación no pinta tan bien. Si la medimos como la tasa anualizada de variación de los precios al consumidor de los últimos seis meses, mi cálculo preferido para separar las señales del ruido, en junio del 2022 fue 10%, pero ahora está en apenas 3.5%, Aún está por encima de la meta de la Fed (2%) y hay un intenso debate entre economistas en torno a cuán difícil será reducirla del todo (intenso porque nadie conoce la respuesta). Pero quizás haya alguna perspectiva: la actual tasa de inflación es más baja que la de fines del segundo periodo de Ronald Reagan.

O consideremos el "índice de miseria", que es la suma de desempleo más inflación, una medición simple pero que parece ser bastante acertada para predecir la confianza del consumidor. Usando la inflación a seis meses, dicho índice es 7%, aproximadamente el mismo que el 2017, cuando pocos opinaban que la economía del país era un desastre.

Pero hoy la gente percibe que la economía está te- rrible, ¿no? Después de todo, la cobertura noticiosa tiende a enfatizar lo negativo: oímos mucho sobre los galopantes precios de la gasolina o los huevos, pero muy poco cuando bajan. Incluso en medio de un vasto boom laboral, los consumidores indican haber oído noticias sobre empleo mucho más negativas que positivas. Pese a ello, ¿considera la gente que la economía está pésima? Pues depende de a quién se pregunte.

La venerable encuesta de la Universidad de Michigan (UMich) aún muestra que la confianza del consumidor sigue asociada con severas crisis económicas, pero la también arraigada encuesta de The Conference Board (TCB) -que usa un tamaño de muestra mucho más grande dice otra cosa: su índice de "situación actual" es bastante alto, casi comparable con lo que era el 2017; es decir con el índice de miseria.

Y por si acaso, tanto la fortaleza del gasto del consumidor como la no materialización de la "ola republicana" pronosticada para las elecciones de mitad de periodo, se ven mucho más alineadas con TCB que con UMich. De nuevo, mucho puede ocurrir hasta las elecciones del 2024, pero lo que me asombra es que los consumidores esperan gran cantidad de malas noticias.

El índice de expectativas de TCB está muy por debajo de su índice de "situación actual"; los consumidores esperan una inflación entre 4% y 5% para los próximos doce meses, mientras que los mercados financieros esperan alrededor de 2%. Si no tenemos recesión o si esta es breve y leve, y si la inflación se reduce, los votantes parecen listos para ver esos desenlaces como una sorpresa positiva.

No estoy prediciendo una elección del tipo "amanecer en Estados Unidos"; tales cosas no serían posibles en una era de intenso partidismo. Pero la idea de que la economía del país está por plantear un enorme problema a los demócratas el 2024 no está sustentada por la data disponible.

 

Autor: Paul Krugman. Fuente: Gestión, 03 de mayo del 2023.