LA MONEDA MÁS ESTABLE

 

El sol peruano registra en los últimos años un rango de fluctuación inferior a los de otras divisas de América Latina. En palabras más sencillas, en lugar de devaluarse, la divisa nacional ha mantenido su valor.

Esta cualidad es meritoria si tenemos en perspectiva la coyuntura marcada por la pandemia del nuevo coronavirus, el rebrote inflacionario surgido como una de sus consecuencias, así como la subida de las tasas de interés en la región y a escala global dispuesta como medida para frenar el alza de los precios.

Tal escenario ocasionó que algunas monedas de América Latina estén fuertemente presionadas a la baja. No obstante, en el caso del sol peruano la devaluación ha sido considerablemente más leve, lo cual ha hecho que sea considerada como la más estable de la zona.

Son varios los factores que explican esta fortaleza. En primer lugar, es indiscutible que se trata del resultado de una política monetaria conducida con criterio técnico por el Banco Central de Reserva (BCR) y que se orienta a mantener la inflación en un rango similar al mostrado por economías desarrolladas, evitando de ese modo la desvalorización del sol.

En segundo lugar, favorece la estabilidad de nuestra divisa la política fiscal que logró el equilibrio entre ingresos y egresos, lo cual permite mantener un nivel de deuda inferior al de otros países.

Del mismo modo, el crecimiento experimentado por el país en las últimas décadas ha contribuido a evitar fluctuaciones monetarias, dado que un producto bruto interno (PBI) en expansión y con sólidos fundamentos mantiene la inflación controlada, además de generar mayor confianza en los inversores y agentes económicos.

De acuerdo con especialistas, este conjunto de factores le brinda a la divisa nacional una estabilidad superior en comparación con las de otras naciones, a tal punto que se le considera un activo de refugio internacional para las personas que buscan protegerse de la inflación y la devaluación de sus respectivas monedas.

La estabilidad monetaria no es un asunto que concierna solo a la macroeconomía. Por el contrario, impacta de forma directa en el bienestar de la población en virtud de que mantiene los precios y el valor de compra de los bienes y servicios relativamente constantes. Tal escenario permite a los ciudadanos planificar y presupuestar sus gastos de modo más preciso al no estar obligados a preocuparse por la inflación.

Por lo expuesto, la estabilidad de nuestra divisa, en un contexto de constante crisis política interna y de entorno internacional adverso, es un logro apreciable que debe ser valorado porque contribuye a generar bienestar en grandes sectores de los peruanos. No obstante, también es preciso superar las turbulencias políticas domésticas que pueden afectar estas condiciones positivas, aumentar la incertidumbre y hacer que todo el panorama cambie para mal.

 

 

Autor: Editorial. Fuente: El Peruano, 17 de mayo del 2023.