ES EL TURNO DE CHINA

 

China enfrenta un período de deflación, y la falta de acción urgente de su banco central, el Banco Popular de China (BPC), ha generado frustración entre varios economistas. Inicialmente, los funcionarios del BPC esperaban que la deflación fuera temporal; sin embargo, al prolongarse, su preocupación se centró menos en la disminución de precios y más en los efectos secundarios de contrarrestarla. A pesar de la debilidad del yuan, los márgenes estrechos de los bancos y los bajos rendimientos de los bonos, mostraron cautela al flexibilizar su política monetaria.

El 24 de septiembre, el BPC anunció un cambio significativo en su enfoque con un conjunto de medidas audaces: una reducción de su tasa de interés en 0,2 puntos porcentuales (pp), una disminución de los requerimientos de reservas bancarias en 0,5 pp y un recorte en las tasas hipotecarias de aproximadamente 0,5 pp. Esta combinación de políticas es inusual, ya que el BPC rara vez flexibiliza más de una herramienta a la vez, y menos aún tres. El presidente del banco, Pan Gongsheng, señaló que podrían aplicarse más medidas, incluyendo un recorte adicional en los requerimientos de reservas de 0,5 pp o 0,25 pp este año.

Morgan Stanley destaca que esta "guía futura" es un enfoque sin precedentes en China. La nota de prensa del BPC también reveló nuevas estrategias: la entidad dispone de herramientas "estructurales" para apoyar sectores como el carbón limpio y el cuidado de ancianos. Además, ha innovado para respaldar el mercado de valores, facilitando a las empresas la recompra de acciones mediante el refinanciamiento de préstamos bancarios. Asimismo, apoyará a corredoras y otros inversores institucionales ofreciendo mayor liquidez, permitiéndoles tomar prestados activos líquidos, como bonos gubernamentales, usando acciones de primera categoría y fondos indexados como garantía.

Según Raymond Yeung, del banco ANZ, los ahorros de los hogares (150,000 millones de yuanes) solo generarían un gasto de consumo adicional de 53,000 millones de yuanes, menos del 0,05 % del PIB proyectado para este año. Yeung sugiere que se necesitan más medidas para estimular la demanda, principalmente a cargo de las autoridades fiscales. Xing Zhaopeng, también de ANZ, opina que el Gobierno central podría aumentar el déficit presupuestario antes de fin de año, como en 2023, y que los gobiernos locales podrían emitir más bonos de los previstos, ya que no han utilizado sus cuotas asignadas en años anteriores. Con tasas de interés reducidas y bajos rendimientos de bonos, el BPC ha creado un entorno monetario favorable para una política fiscal proactiva, dejando el mensaje en manos del Gobierno chino.




Autor: The Economist. Fuente: Diario Gestión - pag. 23, 01 de octubre del 2024.