EXTRAVIADO EN EL TIEMPO
¿Recuerdan la crisis eléctrica de California en 2000-2001? En ese momento, escribí bastante sobre el tema y argumenté, con base en evidencia circunstancial, que un factor importante pudo haber sido la manipulación del mercado. Más tarde apareció evidencia directa: grabaciones de operadores de la extinta Enron conspirando con ejecutivos de empresas energéticas para crear escasez y así aumentar los precios. Sin embargo, desde entonces, y salvo algunos apagones durante la ola de calor de 2020, California no ha tenido problemas significativos con el suministro eléctrico.
Pero no se lo digan a Donald Trump. El jueves, durante un discurso confuso en el Club Económico de Detroit (Michigan), afirmó: “No tenemos electricidad. En California, hay caídas de tensión o apagones cada semana. No tienen dinero, están en bancarrota y no hay electricidad”. Esto no es cierto, como podrían confirmar los 39 millones de habitantes de California. Sin embargo, en la mente de Trump, parece que esa crisis nunca terminó.
Esta postura tiene un claro paralelo con sus afirmaciones sobre la delincuencia. Aseguró que en las grandes ciudades "no puedes cruzar la calle para comprar pan sin que te disparen, te asalten, te violen o te hagan algo". Hubo un tiempo en el que las grandes ciudades del país eran peligrosas. Recuerdo que algunas zonas de Nueva York eran evitables. Pero eso quedó atrás: entre principios de los noventa y mediados de la década de 2010, la tasa de homicidios a nivel nacional cayó drásticamente; el aumento durante el último año de Trump en la presidencia parece haberse revertido.
La transformación de Nueva York en una de las ciudades más seguras del país ha sido notable: el año pasado registró un 83 % menos de homicidios que en 1990, y ni mis vecinos ni yo tememos cruzar la calle para comprar pan. Es evidente que muchas de las afirmaciones de Trump sobre la criminalidad son un intento cínico de sembrar miedo para obtener beneficios políticos.
Aquí se percibe una tendencia. Muchos observadores han notado que Trump suele describir un Estados Unidos sombrío que poco tiene que ver con la realidad. Lo que se comenta menos es que su visión distópica parece estar construida en gran parte con fragmentos de disfunciones pasadas. Esos episodios parecen haberse quedado en su mente, quizás porque no suele preocuparse por los detalles y vive en una burbuja de opulencia y privilegio.
Lo irónico es que Trump critica con frecuencia la capacidad cognitiva de sus oponentes. Ha llamado a Harris "mentalmente discapacitada" y "tontita". También ha pedido que CBS pierda sus derechos de transmisión por una entrevista que Harris concedió al programa "60 Minutes", editada de forma habitual, en la que se mostró hábil y sensata, independientemente de la opinión que uno tenga sobre sus propuestas políticas.
Cabe preguntarse qué pensaría Trump de otro político que, como él, pareciera atrapado en el pasado y describiera rutinariamente a Estados Unidos como si no supiera en qué año vive.
Autor: Paul Krugman. Fuente: Diario Gestión- pag.23, 16 de octubre del 2024.