La economía global experimentó un sólido desempeño en 2024, con el Fondo Monetario Internacional (FMI) proyectando un crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) global de 3.2%. La inflación ha disminuido y el empleo sigue aumentando, mientras que las bolsas de valores han subido más de un 20% por segundo año consecutivo. Sin embargo, existen disparidades significativas entre los países, lo que se evidencia al analizar datos de cinco indicadores económicos y financieros (PBI, bolsa, inflación, desempleo y déficit fiscal) de 37 países, en su mayoría de altos ingresos. Estos indicadores fueron utilizados para calcular puntajes y determinar cuáles países tuvieron el mejor rendimiento.
El crecimiento económico en el Mediterráneo continuó su tendencia positiva por tercer año consecutivo. España lideró la clasificación, seguida por Irlanda en segundo lugar. Grecia e Italia, que antes representaban los problemas económicos de la zona euro, siguieron recuperándose y ocuparon el tercer y quinto lugar, respectivamente. Dinamarca, sede de Novo Nordisk (la empresa propietaria de Ozempic), compartió el tercer puesto. Por otro lado, Alemania y el Reino Unido, grandes economías del norte de Europa, tuvieron rendimientos decepcionantes.
El primer indicador examinado fue el crecimiento del PBI real, considerado una medida clave para evaluar la salud económica. Este año, Estados Unidos se destacó gracias a su resiliencia económica. Israel también creció notablemente, aunque su expansión fue principalmente un rebote tras la contracción de finales de 2023. El PBI de España está en camino de superar el 3%, impulsado por un mercado laboral robusto y una alta inmigración que fomenta la producción.
En otros países, el crecimiento fue más modesto. Alemania e Italia se vieron afectadas por altos precios de energía y un estancamiento en la manufactura. Japón, por su parte, registró un bajo crecimiento de solo 0.2%, afectado por una débil industria del turismo y problemas en su sector automotriz. En Hungría y Letonia, se registró una caída en la actividad económica, entrando en recesión.
El segundo indicador fue la rentabilidad bursátil. En Estados Unidos, el mercado de acciones generó rendimientos ajustados por inflación del 24%, impulsados por el aumento en las valoraciones de empresas tecnológicas. El mercado bursátil canadiense, vinculado estrechamente al de Estados Unidos, también tuvo buenos resultados gracias a un desempeño excelente en los sectores energético y bancario. En contraste, Finlandia experimentó una caída en los precios de sus acciones en términos reales.
En cuanto a la inflación subyacente, que excluye componentes volátiles como los precios de energía y alimentos, ha disminuido significativamente, aunque los precios de los servicios siguen siendo altos en muchos países. En el Reino Unido, el aumento de los salarios sigue contribuyendo a la subida de los costos de los servicios, mientras que en Australia los altos costos de la vivienda son un factor importante. Sin embargo, Francia y Suiza lograron controlar eficazmente las presiones inflacionarias.
El aumento del desempleo, que algunos anticipaban debido a las alzas en las tasas de interés por parte de los bancos centrales, no se materializó de forma generalizada. A pesar de algunos leves incrementos en el desempleo, los mercados laborales se mantuvieron sólidos. En el sur de Europa, donde el desempleo sigue siendo elevado, se lograron mejoras significativas: en España, Grecia e Italia el desempleo alcanzó su nivel más bajo en diez años. Italia fue el país con mayores avances, con una reducción de 1.4 puntos porcentuales en su tasa de desempleo.
Finalmente, el déficit fiscal como porcentaje del PBI (excluyendo los pagos de intereses) es otro indicador clave. Tras años de altos gastos, muchos países necesitan consolidar sus finanzas para asegurar que la deuda pública siga siendo manejable. Dinamarca y Portugal destacaron por sus superávits fiscales gracias a su disciplina en la gestión financiera. Noruega e Irlanda también registraron superávits, aunque por razones diferentes: Noruega debido a sus ingresos petroleros, e Irlanda por el pago de impuestos adeudados por Apple.
Autor: The Economist, Fuente: Diario Gestión- pag. 19. 17 de diciembre del 2024.