MORA DE LETRAS Y PAGARES ES LA MAS ALTA EN CINCO AÑOS

 

El número de protestos de letras, pagarés y otros títulos valores utilizados como respaldo de deudas adquiridas por personas naturales y empresas ha seguido incrementándose, consolidando una tendencia creciente en los últimos años.

El protesto es una certificación que acredita que una deuda no ha sido pagada por el obligado, y se registra en el Registro Nacional de Protestos y Moras (RNPM), administrado por la Cámara de Comercio de Lima (CCL).

Durante el año 2024, se registraron 270,870 protestos en dicho sistema, lo que representa un crecimiento del 5% respecto al año anterior, marcando el mayor volumen anual desde 2019.

Especialistas atribuyen este aumento a la persistencia de incumplimientos en el pago de deudas tanto dentro del sistema financiero como entre empresas. Las letras de cambio, por ejemplo, se emplean con frecuencia en operaciones entre proveedores y clientes.

Los registros de protestos no solo provienen de entidades financieras, sino también de notarías de Lima y otras regiones, así como de empresas que ofrecen bienes o servicios a otras compañías.

Según Walter Leyva, docente de Finanzas en Esan, todavía existen numerosos casos de retrasos por parte de deudores de empresas e instituciones financieras, y esta situación podría prolongarse.

Estos incumplimientos se presentan sobre todo en pequeñas empresas de sectores sensibles a la economía, como restaurantes, confecciones o transporte, mencionó Ronald Casana, del Colegio de Economistas de Lima. Señaló además que muchas micro y pequeñas empresas (mypes) aún no muestran signos claros de reactivación, a diferencia de las grandes corporaciones.

Casana también destacó que existen numerosas letras sin protestar, guardadas en las áreas de tesorería de los negocios, ya que muchas empresas no conocen el procedimiento y simplemente esperan el pago de sus clientes. Indicó que algunas recién están comenzando a utilizar estos documentos como forma de ofrecer crédito frente a la competencia, aunque no todas cuentan con políticas claras para evaluar la capacidad de pago de sus clientes.

Milagros Longa, jefa del RNPM, opinó que el incremento en los protestos también se debe al avance en la formalización financiera, impulsado por la digitalización de procesos, mejoras en la supervisión registral y campañas de orientación para las empresas.

Por su parte, Casana añadió que muchas compañías priorizan los pagos a bancos antes que a proveedores, ya que los incumplimientos con bancos se reportan a la SBS y a las centrales de riesgo. Sin embargo, una anotación en el RNPM también conlleva consecuencias negativas.

Consecuencias para el deudor

Cuando un pagaré o letra es protestado, el acceso del deudor a nuevos créditos se ve afectado, tanto en bancos como con proveedores, indicó Leyva. Esto hace que se le considere un cliente de mayor riesgo, y si se le concede un préstamo, este vendría con una tasa de interés más elevada, aumentando sus costos financieros.

Además, si el deudor decide iniciar acciones legales contra la entidad financiera o el proveedor por discrepancias en los montos, deberá asumir los costos de defensa, agregó.

Finalmente, incluso después de cumplir con la obligación, el deudor debe pagar una tarifa que parte desde S/ 58 para regularizar el estado del documento protestado en el RNPM.

 


Fuente: Diario Gestión- pag.17, 21 de mayo del 2025.