Argentina: Tras la
quiebra de Gatic, los trabajadores conformados en cooperativa piden la
continuidad laboral
Recibido de ANRED
el 15/10/2004 05.02
Empresa recuperadas: El juez decretó la quiebra de la textil más grande de
Argentina, por irregularidades presentadas en la revocación de la misma.
El 14 de septiembre el Juez en lo comercial y civil Juan Manuel Gutiérrez
Cabello, ejecutó la quiebra de de la textil más grande de Argentina, Gatic S.A.
Cerca de 1500 trabajadores de Coronel Suárez, representados por el Sindicato
del Caucho y Afines (Socaya) y Seca, habían presentado un pedido de quiebra por
un monto de cuatro millones de pesos, por sueldos adeudados. Inusitadamente dos
días antes de que el Juez decretara la quiebra, los mismos, presentaron la
solicitud para revocar la medida. El argumento se basó en un acuerdo de pago
con los propietarios. Sin embargo el juez no la aceptó y ejecutó la quiebra. En
la resolución judicial, expediente 81295 se detalla:
\"Finalmente (…) la peticionante de la quiebra y la deudora manifestaron
haber arribado a un acuerdo en cuanto al pago de las acreencias reclamadas (…).
Así, Gatic S.A, ofreció abonar la suma de $ 1.200.000 a favor de los acreedores
reclamantes y a fin de abonar dicha suma expresa que solicitará en los autos
principales la autorización de venta de cierto inmueble. Asimismo, los demás
créditos de los peticionantes se efectivizaran a partir de la percepción del
canon derivado del contrato de arrendamiento con la firma \"Indular\"
correspondiente a la cuota 25 en adelante en pagos de 20 cuotas\"(…)
Dicho acuerdo no puede ser aceptado por el Tribunal, habida cuenta que se
pretende realizar un bien del activo para abonar el crédito de ciertos
acreedores en desmedro del resto (…) Además, ello importa la admisión de la
deudora de no encontrarse en fondos para atender el pago de la sumas por las
que se peticiona la quiebra.
La sentencia contempla la inhibición general de la totalidad de los bienes.
Además prohibió la salida del país a tres miembros de su directorio, Eduardo
Ietvart Bakchellian, Fernando Eduardo Bakchellian y José Fernando Bagcheian. Al
mismo tiempo ordenó que se proceda a la clausura de todos sus establecimientos.
La firma cuenta con once plantas y tiene a su cargo 5.000 empleados. De los 97
pedidos de quiebra, el de los trabajadores de Coronel Suárez fue el que logró
la ejecución. La ejecución recayó sobre el nombre de Raúl Agotegaray, delegado
gremial del Sindicato del Caucho y Afines (Socaya) de Coronel Suárez, representando
a más de mil trabajadores de esa planta, por un monto de 4.000.000 pesos.
Gatic tiene una deuda concursal de 535 millones de pesos, de los cuales 280
millones son de la AFIP, 130 millones con los Bancos Nación, Provincia y
Ciudad, y 70 millones con los trabajadores, mientras que los 55 millones
restantes corresponden a otros acreedores. Además, contrajo una deuda
post-concursal de 140 millones de pesos, prohibida por la justicia una vez
presentado el concurso. La empresa entró en cesación de pagos el 24 de julio de
2001 ante la imposibilidad de hacer frente a una deuda que, sobre finales de la
convertibilidad, alcanzaba los 340 millones de dólares. Hoy, gracias a la
pesificación, el pasivo del grupo textil es de 535 millones pesos. En la
resolución judicial, Gutiérrez Cabello ordenó el \"cierre de todas las
cuentas bancarias que posea la fallida en entidades financieras, cuyos saldos
deberán ser puestos a disposición de este tribunal\". Mientras tanto la
Cooperativa textil Pigué, quien también había manifestado el pedido de quiebra,
presentó al magistrado, el pedido de continuidad laboral. El mismo está
contemplado en el artículo 190 de la ley de quiebra, el cual expresa que el
Juez podrá darle la continuidad de laboral a los trabajadores conformados en
cooperativas de trabajo.
Asimismo, los trabajadores presentaron en la Legislatura Provincial el proyecto
de expropiación de las tres plantas, las maquinarias, los bienes intangibles y
que se ceda en comodato a los trabajadores para reiniciar la producción. La
argumentación esgrimida al juzgado es que: \"si la provincia expropiara
los bienes no tendría ningún costo fiscal posterior ya que los créditos
privilegiados los tienen la propia provincia y los trabajadores.
Indefectiblemente se podría compensar para hacer efectivo el pago de la
expropiación\".
Además elaboraron un plan de rentabilidad para las plantas de Pigué. Al mismo
tiempo, el Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas (MNER), elaboró una
propuesta en la que puntualizaron que con la capitalización de los créditos
privilegiados de los trabajadores y el acuerdo con el Estado, quien es poseedor
de las hipotecas sobre los inmuebles y prendas sobre las maquinarias, se
conformaría una cooperativa en cada una de las plantas. Cada una de ellas sería
gestionada por cooperativas de trabajo autónomas, con posibilidad de una
integración vertical de la producción, entre las conformadas, cuando el mercado
lo exigiera en complementación de producción. Por otra parte, Francisco
Martínez, trabajador de Pigué manifestó :\"hoy hay grandes empresas que
estarían dispuestas a comprar nuestra producción, proveyendo la materia prima
para su elaboración lo que significaría no necesitar al principio capital de
trabajo\" \"…Quizás, a veces, ganamos mas que un trabajador de una
empresa capitalista, quizás, ganemos menos, pero los trabajadores de las
Empresas Recuperadas somos privilegiados al saber que tenemos asegurado un
lugar donde desarrollar nuestra labor y nuestro saber\".
El magistrado recordó que, tras esa paralización, Gatic propuso celebrar un
contrato de locación de cuatro de sus plantas con la firma Indular, que el
tribunal decidió considerar \"siempre y cuando se presentara documentación
con las conformidades requeridas de los acreedores hipotecarios y prendarios de
la textil, entre otros requisitos\". \"Desconozco las razones por las
cuales las entidades bancarias ni han prestado conformidad ni han rechazado las
solicitudes que les fuera peticionadas, por lo que cabe concluir que no existe
otra posibilidad distinta a la declaración de quiebra de la deudora\",
señaló el fallo.
El fondo de inversión Indular, liderado por el ex Alpargatas Guillermo Gotelli,
pretendía hacerse cargo de cuatro plantas de esa compañía. La ejecución de la
quiebra se produjo en medio de negociaciones que la familia Backellián estaba
llevando adelante con Guillermo Gotelli representante de Indular Manufacturas,
para concretar un lysing de las plantas Pilar, las Flores, Coronel Suárez y
Pigué. Esta última la más importante de Gatic, porque provee en un 80 por
ciento los insumos para el resto de las plantas manufactureras.
Indular Manufacturas S.A, presidida por Gotelli, es una empresa que se había
formado seis meses antes, sin ningún tipo de actividad previa, lo que confirma
que era una sociedad creada especialmente para obtener Gatic. La misma
compraría los activos de hipotecas y prendas de un valor de 54 millones de
dólares, en poder del fideicomiso del Banco Provincia, por sólo 8 millones de
pesos. A causa de la denuncia y oposición de los trabajadores y el MNER, el
empresario anunció que desembolsaría 25 millones de pesos. Pese a que Gotelli
anunció públicamente que el acuerdo estaba cerrado, ningún banco había dado la
conformidad.
Asimismo, \"el plan de salvataje\" jamás tuvo en cuenta a la planta
madre del grupo (San Martín) que -con la autorización del juez Juan Manuel
Gutiérrez Cabello-, desde hace seis meses está siendo explotada por
trabajadores que conformaron la Cooperativa Unidos por el Calzado. Esta
alternativa intenta ser imitada por los empleados de la planta de Pigüé,
quienes, también habían elevado al magistrado otro pedido de quiebra de la
empresa por una deuda pre-concursal de 200 mil pesos que corresponde a sueldos
atrasados desde 2001 a 107 trabajadores de esa planta.
Quiebra Gatic, quiebra Gotelli
El 29 de agosto de 2001, Fabián Bakchellian, a cargo por primera vez de la
presidencia del grupo, dispuso que Gatic se presentara en convocatoria de
acreedores, lo que provocó la inmediata reacción de su padre, quien decidió
retomar el control de Gatic, hasta que el 6 de octubre de 2003 lo volvió a
perder por segunda vez. En esta ocasión fue desplazado del directorio por
decisión unánime del resto de sus integrantes, que volvieron a depositar todas
sus esperanzas y el futuro de Gatic en manos de Fabián. Este, apenas asumió por
segunda vez la presidencia de la textil, se puso a trabajar en la búsqueda de
capitales frescos para la reactivación de la empresa. Guillermo Gotelli, era el
nombre clave.
Por otro lado, la cooperativa de Pigué denunció que Guillermo Gotelli era
representante de Leucadia Corporation S.A, conocido fondo buitre, que se dedica
a la adquisición de empresas a precios irrisorios. Bajo el gobierno menemista,
Leucadia compró la Caja de Ahorro y Seguro, y vendió su parte al actual
presidente de la bolsa de comercio, Julio Werthein, quien además, tiene
acciones en Telefónica. Asimismo Guillermo Gotelli es una figura que integra la
Unión Industrial Argentina-UIA. Preside el Grupo Industriales (liderado por Techint),
que dentro de la UIA es minoritario, pero tiene muy buena llegada al Gobierno,
principalmente con los ministros Roberto Lavagna, Carlos Tomada y Julio De
Vido. Además Gotelli, fue presidente del directorio de Alpargatas y es hoy uno
de los representantes en la reunión de la mesa de salario. Su familia era dueña
del desaparecido Banco de Italia.
Cómo quiebra Gatic
Dos días antes de que se ejecutara la quiebra, 800 trabajadores de Coronel
Suárez decidieron pedir la revocación de la misma. En diciembre de 2003 los
gremios de esa localidad, no tenían representación en la mesa de negociación,
integrada por el Juez, los bancos acreedores, la familia Backellián y su
supuesto inversor, Guillermo Gotelli. Por ello, los sindicatos con aval de más
de 1000 trabajadores de esa planta, le otorgaron a un abogado un poder de
representación para ser considerados en dicha mesa. Según una fuente que pidió
no ser identificada \"el gremio centralmente odiaba a los Backellián, pero
la quiebra la ejecutó el abogado porque quería cobrar los honorarios…\"
\"… los obreros querían trabajar, entonces intentaron revocar el poder al
abogado y desestiman el pedido de quiebra, poniendo por encima de todo, la
recuperación por la fuente de trabajo\". Pese a ver divergencias de opiniones,
entre los trabajadores, 800 de ellos firmaron la solicitud para revocar el
pedido de quiebra. Ello se sustenta en que la planta de Coronel Suárez, avalaba
la propuesta de lysing que Guillermo Gotelli estaba negociando con la familia
dueña de la compañía.
Divide y reinarás
El 12 de agosto pasado, los 180 trabajadores de la planta de Pigué, fueron
desalojados por 200 efectivos, a raíz de una denuncia por usurpación emitida
por la familia Backellián. Sin embargo los trabajadores nunca habían recibido
un telegrama de despido. Pero la planta no habría de durar vacía. El conflicto
comenzaba a tornarse más problemático. Luego del desalojo, Gotelli no se hizo
esperar. Una bandera posó en la entrada de la planta, en la que ufanaba que
Indular Manufacturas reactivaría la producción. Mientras tanto, a menos de 50
km, en Coronel Suárez, una asamblea de más de mil trabajadores, había aceptado
las nuevas condiciones laborales incentivados por los dos sindicatos que actúan
como representantes de Gotelli. Socaya y Seca, ambos gremios con representación
en Coronel Suárez, lograron que trabajadores firmaran convenios individuales
que son validados por el juez. En los convenios subyace que los trabajadores,
no tienen derecho a reclamo por la pérdida de los derechos laborales y
salariales.
Sin ir más lejos \"divide y reinarás\", fue el slogan que utilizó
Gotelli para que los trabajadores se enfrentaran entre sí. Luego del desalojo,
10 obreros de Pigué aceptaron cobrar 250 pesos y permanecer en la planta, con
la promesa de que una vez cerrado el acuerdo, serían empleados. Lo que
Guillermo Gotelli, nunca les contó era que no contaba ni con el dinero, ni con
el aval de los acreedores para concretar la puesta en marcha. El
\"empresario\" no podía operar la planta, porque no tenía conformidad
de los Bancos para comenzar su reactivación. Mientras tanto, los trabajadores
de Pigué acampan en las cercanías y desde ese entonces, están ejecutando todas
las medidas legales necesarias para lograr la continuidad laboral bajo la modalidad
de cooperativa.
En ese transcurso, José Fabián Gonzáles y Daniel Moro, trabajadores de Gatic
Pigué nucleados en la Cooperativa de Trabajo Textiles Pigué, presentaron junto
a Eduardo Murúa del MNER una acción de amparo, en la que denunciaron el fraude
y la estafa orquestado por el Fideicomiso del Banco Provincia de Buenos Aires
(Bapro), el Banco Nación, el Banco Ciudad, el Estado de la Provincia de Buenos
Aires y el Estado Nacional contra los trabajadores y el pueblo. El amparo esta
fundamentado en una serie de actos arbitrarios que se sucedieron en esos días,
tendientes a entregar GATIC SA a un precio irrisorio.
Prontamente, los trabajadores de Pigué, festejarían la quiebra pronunciada por
el Juzgado Comercial 7. Sin embargo la planta de Pigué seguía ocupada por
trabajadores rentados de Gotelli. Cuando se decretó la quiebra, representantes
del gremio amenazaron a José Abelli, vicepresidente del MNER, de que \"lo
iban a matar\". Los trabajadores de Coronel Suárez junto al Sindicato de
Obreros del Caucho y Afines (Socaya) y Seca estaban a favor de que Gotelli se
hiciera cargo de las plantas. Tras la quiebra, el gremio envió trabajadores de
Coronel Suárez y personas ajenas a Gatic a reforzar la ocupación de la planta
de Pigué, quien estaba, sin autorización legal, ocupada por Indular
Manufacturas. Hoy solamente está ocupada por cinco trabajadores. Mientras
tanto, los trabajadores piguenses, siguen en la calle.
Sin embargo sigue habiendo esperanzas entre los obreros de Pigué. El viernes
primero de octubre, Guillermo Gotelli anunció que retiró el pedido de lysing
por las tres plantas de Pigué y pedirá solamente por las de Coronel Suárez, Las
Flores y Pilar.
Frente a ello, Francisco Martínez, secretario de la cooperativa textil Pigué
expresó \"El juez Francisco Cárrega tendrá la oportunidad de que con su
resolución se haga verdadera justicia, deje en manos de los trabajadores la
empresa, se recuperen todos los puestos de trabajo, con el consabido beneficio
económico para todo el pueblo de Pigüé. No hay ninguna razón para no hacerlo,
ya que los créditos privilegiados en su totalidad están en manos de los
trabajadores y el Estado\". \"Estamos realizando todas las gestiones
necesarias para poder adquirir la continuidad laboral.\"
Tras decretar la quiebra, el magistrado pidió licencia por un año, a raíz de un
infarto inesperado. Al presente la causa quedó en manos del juez Francisco
Cárrega.
Fuente:
ania.eurosur.org