Lima de comercios

El jueves pasado Ipsos Apoyo mostró los resultados de su Censo de Establecimientos Comerciales 2007 de la gran Lima, un esfuerzo sin precedentes de la investigación de mercados en el Perú

Por Christian Navarro

Fragmentado y atomizado, pero también golpeado por el avance inexorable del comercio minorista moderno, hambriento de grandes superficies y miles de consumidores. El Censo de Establecimientos Comerciales (Cenco) 2007, elaborado por Ipsos Apoyo Opinión y Mercado, ha tomado una instantánea de la marcha de los 312.700 pequeños establecimientos que operan en la gran Lima, a lo largo de sus casi 89.000 manzanas.

Numerología

"El censo nos muestra una proliferación de negocios que no creo que exista en otras ciudades de la región", afirma Julio Luque, director gerente de la consultora Métrica e invitado como panelista a comentar los resultados del estudio.

Y es que si nos lanzáramos en paracaídas desde el cielo de la capital, sostiene el consultor, solo tendríamos que caminar 100 metros para encontrar algún negocio. "Y hay distritos como La Victoria en los cuales caeríamos encima de algún comercio", señala.
Así, con 3,5 negocios por manzana, Lima es una de las ciudades de la región con mayor presencia de negocios. Por ejemplo, Lima tiene poco más de 69.000 bodegas.

"Si la comparamos con algún país vecino, Santiago de Chile tiene solo 30.000 de estas tiendas", dice Gonzalo Guerra-García, gerente de investigación de mercados de British American Tobacco (BAT) y también panelista en la presentación del Cenco.

Del mismo modo, el estudio revela que la capital peruana tiene 72.000 puestos de mercado, 20.700 restaurantes, 17.000 tiendas que comercializan prendas de vestir, casi 9.500 cabinas de Internet (el negocio que más ha crecido en los últimos cinco años), 9.200 peluquerías, casi 8.000 librerías, 7.480 ferreterías, 7.300 bazares y 6.200 farmacias.

Asimismo, el rubro de alimentos y bebidas es el más numeroso entre los negocios de la capital. Cerca del 35% de negocios de Lima se dedica, de alguna manera, a negocios relacionados con la alimentación.

 

 

Monedas y Más

Pero, sin duda, los datos más interesantes de este estudio van por el lado de los indicadores que recopilaron los encuestadores de Ipsos Apoyo sobre estos pequeños negocios, que en promedio ocupan un local de 24 m2, el tamaño de una cochera. Algo que tuvieron que hacer ofreciendo sorteos por colaborar con el estudio y llegando a hacer hasta tres visitas a cada local.

El primero de estos datos es su poder como fuentes de empleo, pues en ellos trabajan unas 672.000 personas, un promedio de 2,1 por establecimiento, siendo los restaurantes los que más mano de obra requieren, con casi cuatro trabajadores para atender a sus comensales.

Pero el dato más interesante es el de las ventas. Así, ahora sabemos que estos negocios mueven al año US$5.000 millones. Y que las ferreterías y las tiendas de ropa son las que más venden diariamente.

Además, ahora se puede afirmar con certeza que en algunos casos los montos que se mueven son insuficientes para hacer de estos locales grandes negocios. "En comparación con las bodegas de Chile, las de Lima venden la mitad (S/.66 diarios), lo que es un promedio muy bajo", señala Guerra-García.

Es por eso que Alfredo Torres, presidente ejecutivo de Ipsos Apoyo, prefiere no cantar victoria cuando le preguntamos si el canal tradicional aún va a poder enfrentarse con éxito contra los gigantes del comercio moderno.

Entre Gigantes

Y es que otro dato interesante del estudio es aquel que revela el avance del comercio moderno frente a negocios que en muchos casos no cubren sus costos. "Son solo rentables en la medida en que se trata de negocios colaterales", sostiene Luque.

El consultor realizó un ejercicio para el caso de las bodegas: con ventas mensuales de S/.2.000 y un generoso margen de 25% en sus ventas, solo tendría unos S/.500 para cubrir todos sus costos fijos.

El ejercicio de Luque no quedó allí, pues estimó que las bodegas limeñas estaban vendiendo US$35 mensuales por cada metro cuadrado de superficie de ventas. Un monto 15 veces menor a las ventas que alcanzan los supermercados de la capital, que reportan ventas de entre US$400 y US$500 cada mes por metro cuadrado de área de ventas. "Eso marca una clara limitante a su crecimiento", afirmó.

En ese sentido, mucho mejor les va a las tiendas de textiles, que reportan ventas mensuales por metro cuadrado de US$200 frente a los US$300 que venden los gigantes Saga Falabella y Ripley. "Ellas sí tienen un mejor futuro", dijo.

Por eso no sorprende que el 82% de las bodegas opere en locales propios, mientras que las tiendas de ropa solo lo hacen en el 15% de los casos.

¿Sobrevivirán?

La pregunta cae de madura, puesto que los supermercados, para citar al más expansivo de los formatos modernos, casi han duplicado su número en los últimos cinco años, una cifra que para Guerra-García no responde a las expectativas que las empresas de consumo masivo tenían sobre ellos.

En ese sentido, el gerente de BAT considera que los negocios del canal tradicional (cuyos datos recoge el Cenco) aún tendrán algunos años de tregua. De hecho, el estudio muestra que los distritos en los que el canal moderno desplazó al tradicional no son mayoría: no son más de ocho.

Luque no es tan optimista. Y basa su apreciación en el grado de bancarización de los pequeños negocios: solo el 16% trabaja con algún banco y no más del 4% acepta tarjeta de crédito. Ese solo componente hace que el financiamiento de un crecimiento de sus inventarios o de sus instalaciones sea muy limitado.

Ello explicaría por qué solo uno de cada cinco negocios sobrevive más de diez años.