SISTEMA PREVISIONAL REQUIERE AJUSTES


CÉSAR PEÑARANDA CASTAÑEDA
ECONOMISTA

Una de las reformas estructurales más valiosas a inicios de los noventa fue la creación del Sistema Privado de Pensiones (SPP) para reemplazar al inoperante e insolvente Sistema Nacional de Pensiones (SNP) que requería para cubrir las pensiones complementar sus ingresos con recursos fiscales, cada vez mayores, siendo un potencial desestabilizador fiscal.

El SNP se sustentan en un esquema de reparto, es decir, los aportes de los trabajadores van a un fondo común del cual se cubren las pensiones, administrado por un organismo público, la Oficina de Normalización Previsional; el SPP, que no recibe ningún apoyo fiscal, descansa en un sistema de capitalización individual, cada trabajador tiene su cuenta, gestionada por empresas privadas, las Administradoras de Fondo de Pensiones (AFP).

Los que postulamos que el mejor sistema económico es el de una economía de mercado, liberal, que ha probado con resultados concretos lo positivo que ha sido para aquellos países que le han aplicado adecuadamente, coincidimos que no debe existir ahorro forzoso, impuesto por ley, como los sistemas antes comentados, dado que a cada individuo le corresponde decir qué hacer con sus ingresos; empero, cuando hay una baja cultura de ahorro, a más de otros aspectos que complican el flujo de ingresos de las personas, se genera una seria contingencia potencial para el fisco, que según su dimensión puede desestabilizar la economía y tener un costo alto para el país, pues en última instancia tendrá que proveer los recursos que necesitarán aquellos que no previeron su situación cuando alcance la edad de jubilación, que cada vez puede ser mayor cuando se internalice que el fisco siempre estará presente.

Precisamente, esto fue lo que avaló la creación del SPP que, al margen de sus dificultades y deficiencias, ha probado ser muy superior al SNP y ha liberado al fisco de gran parte de la contingencia fiscal comentada. En sus 27 años de existencia y no obstante las perforaciones que se han creado, como la del régimen de jubilación anticipada (REJA), ha acumulado un fondo de US$ 47,000 millones, alrededor del 21% del PBI, constituyéndose en la primera fuente de ahorro del país. La pensión promedio es poco menos que el doble que la del SNP.

No obstante, luego del largo periodo transcurrido hay serios problemas en el sistema pues aún es baja la cobertura, en especial de cotizantes (18% de la PEA), la tasa de reemplazo (proporción de la pensión respecto del último salario percibido) y el nivel de pensiones, por mencionar algunos. Además, que a nivel macro el 99% del universo empresarial sean mypes, de las cuales el 84% son informales, sumando a la baja productividad laboral (17% de la de EE.UU.) y alta informalidad laboral (74% de la PEA sin beneficios sociales), temas interrelacionados, complica severamente la evolución y crecimiento del SPP.

En este contexto se cae de madura la necesidad de examinar de manera integral el sistema previsional peruano pues el SNP hace rato está quebrado, lo que justifica que por fin se mencione la urgencia de modificarlo. Esto implica analizar en profundidad temas centrales vinculados al SPP y al propio de las AFP, como las tasas de contribución, las comisiones que se cobran, el esquema en que los recursos son invertidos (rentabilidad). Empero, quizás lo sustantivo y complejo está en cómo resolver aquello de la informalidad empresarial y laboral, así como lo de la productividad.

No basta en el enfoque micro, el tema previsional propiamente tal, conlleva hacerlo en un contexto macro.

Publicado en Gestión, 08 de abril del 2019.