¿HACIA UNA DÉCADA PERDIDA DE BAJO CRECIMIENTO?


El problema del Perú no es que no crezca, sino que lo hace a tasas per cápita muy bajas para asegurar una rápida convergencia a ingresos más altos.

Entre el 2014 y el 2019, la economía peruana habrá crecido a un ritmo promedio anual de apenas 3.2%, incluso inferior al crecimiento de la economía mundial en dicho periodo; mientras que entre los años 2000 y el 2013 el Perú creció a un ritmo promedio anual superior al mundo en 1.5% puntos porcentuales.

Si bien en los últimos años, el desempeño de la economía peruana estuvo afectado inicialmente por la caída de las cotizaciones de metales y luego por el fenómeno de El Niño, el gran problema es que una tasa de crecimiento mediocre nos podría acompañar toda la próxima década.

Sin políticas activas que eleven la productividad de nuestra economía, el crecimiento potencial tenderá a 3.5% (o menos). Esta es una tasa muy baja e insuficiente tratándose de un país cuyo PBI percápita PPP es equivalente a la mitad al de Chile y la tercera parte del de España. Crecer al 3.5% por año no es malo para Chile, pero para el Perú es una muy mala noticia.

En los últimos casi 100 años podemos apreciar que, con excepción del colapso de la década del 80 (que empezó a gestarse en los años 70), el problema del Perú no es que no crezca sino que lo hace a tasas per cápita muy bajas para asegurar una rápida convergencia a ingresos más altos.

La academia, autoridades, organismos multilaterales y economistas locales debemos dedicarle más tiempo a proponer una agenda pro crecimiento para el país. En en esa línea, permítanme seguir elaborando sobre los cinco puntos que planteé en mi columna anterior "¿Cómo salir del crecimiento mediocre y regresar a la liga de países de alto crecimiento hacía el 2021?" (23.01.2019):

1. Más institucionalidad. El trauma de la hiperinflación de los 80 nos vacunó contra la inflación y llevó a fortalecer nuestro Banco Central de la Reserva. Lava Jato debería llevarnos a reflexionar sobre nuestra institucionalidad en términos de evaluación, priorización y aprobación de megaproyectos:

¿Cómo relanzar un ambicioso plan de infraestructura y al mismo tiempo blindarnos contra elefantes blancos durante la próxima década?

2. Mercado laboral más flexible. Dos áreas en las que podemos avanzar son:

a) La indemnización por despido debe ser la regla; mientras que la reposición en el puesto de trabajo debería ser una excepción muy puntual y acotada. Hoy estamos al revés.

b) Ampliar las características del régimen laboral agraria, que ha contribuido al boom de las agroexportaciones y al crecimiento del empleo formal, a otros sectores intensivos en mano de obra y orientados a la exportación.

3. Simplificación administrativa a nivel municipal y convergencia regulatoria a mejores estándares internacionales. El Decreto Legislativo N° 1310 de fines del 2016 introdujo la obligatoriedad del Análisis de Calidad Regulatoria de procedimientos administrativas cada tres años estableciéndose la derogación automática de las disposiciones que no superen esta evaluación. Esperamos que se aplique y se eliminen los procedimientos administrativos de nulo o dudoso beneficio.

4. Reducción del déficit fiscal y Presupuesto por Resultados. El estado peruano por Resultados. El estado peruano gasta muy mal. Como bien señaló el último Marco Macroeconómico Multianual: "Según el FMI, en Perú se podría obtener un ahorro de alrededor de 1,0% del PBI de reducirse las ineficiencias de gasto en sectores como educación, salud, asistencia social e inversión pública. Por su parte, el Banco Mundial concluye que se podrían obtener ahorros fiscales de al menos 1.4% del PBI si se realizan reformas específicas en la formulación de compras públicas, seguridad ciudadana, agua y saneamiento".

5. Potenciar motores de ganancias de productividad y empleo formal. Además del enorme potencial en agroexportaciones, turismo, acuicultura, forestal, entre otros, un sector favorecido la próxima década por el cambio tecnológico puede ser la minería y sus encadenamientos. La compañía Tesla, Inc. y otros especialistas prevén una demanda mundial creciente de cobre, níquel y litio por parte de los autos eléctricos y nuevas tecnologías. Aprovecharemos mucho mejor los vientos a favor si la próxima década produjésemos seis millones de toneladas de cobre (lo que producirá Chile este año). Alcanzar dicho nivel de producción a fines de la próxima década no es imposible pero sí un gran desafío. No cabe duda de que el gran reto de convertir a la minería en palanca de desarrollo sostenible e inclusivo es aún enorme.

El MEF continúa avanzando en una serie de importantes iniciativas, como las Mesas Ejecutivas Sectoriales, el Plan de Competitividad y Productividad, el Plan Nacional de Infraestructura, entre otros. De la exitosa y pronta implementación de medidas concretas para elevar la productividad de la economía peruana, dependerá evitar toda una próxima década de frustrante bajo crecimiento.

Publicado en Gestión, 23 de mayo del 2019.