LA DIGITALIZACIÓN EN SALUD


ALDO R. DEFILIPPI
DIRECTOR EJECUTIVO DE AMCHAM PERÚ

Según el Legatum Prosperity Index, el cuidado de la salud es el segundo punto en el que el Perú está peor posicionado respecto al resto, ubicándose en el puesto 88 de 149 países.

Los índices no son perfectos, pero dan una idea de por dónde podrían priorizarse las políticas para mejorar la calidad de vida o ganar competitividad.

Cuando se habla de salud, la mayoría se imagina asuntos vinculados a infraestructura hospitalaria, el mercado de medicinas o seguros. Sin embargo, va más allá. La digitalización se ha vuelto un tema clave para la mejora del sector.

Es básico poder tener acceso a historias clínicas digitales: ¿quién no prefiere hacer una revisión online de sus datos o exámenes sin ir al centro médico? Y, por otro lado, también está el uso de big data para sacar provecho a la información almacenada en fuentes diversas. Se debe tener en cuenta que el crecimiento de la información es altísimo: en un reporte de EY se destaca que EMC (desarrollador de soluciones de almacenamiento y protección de datos) e Internacional Data Corporation (IDC) estimaron que la cantidad de información relacionada a salud crece 48% cada año, por encima de los grandes datos en general.

Además, la competencia sube año a año: al inicio del 2018 había alrededor de 318,000 aplicaciones relacionadas a cuidado de la salud a nivelglobal, cuando en el 2015 eran unas 165,000, y la oferta seguirá creciendo, ya que cada día se crean unas 200, según IQVIA: Huaman Data Science. En esto, los proveedores de soluciones para el sector, así como de los que ya han implementado productos para usuarios en los ámbitos privado e internacional, tienen mucho que aportar. Si no se avanza en este campo, el sector quedará aún más rezagado de lo que está.

Según un estudio del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento, para buena suerte de los farmacéuticos, ellos tienen una de las diez profesiones menos suceptibles de ser automatizadas. Sin embargo, nadie puede dudar de que pertenecen a uno de los rubros en los que trabajadores tendrán que interactuar más con sistemas para mantenerse competitivos, y si no se digitalizan, los consumidores perderán una oportunidad de mejora en el acceso a las medicinas.

De acuerdo con el mismo documento, el sector salud es uno de los que más se acerleraría con la implementación de nuevas tecnologías: su producción pasaría de crecer 3.8% a 6.1% por año a nivel global, si se cambia de un ritmo lento de adopción a uno acelerado. No hay vuelta atrás en la digitalización, y según proyecciones de IDC, en menos de dos años la inteligencia artificial será aplicada por el 40% de los proveedores médicos a nivel global. Pero entre un nivel de adopción bajo y uno alto, hay enormes diferencias en los beneficios.

Estas son solo algunos cifras que respaldan la importancia de contar con tecnología aplicada al sector salud, tanto en materia de prevención, diagnóstico y tratamiento como en seguimiento de pacientes con el fin de ahorrar costos y ser mucho más eficientes. En general, lo más importante es llegar a la acción. Sin nuevos procedimientos y servicios, y sin más infraestructura de telecomunicaciones, no se logrará impulsar la superación de brechas de servicios impuestas por los retos del capital humano y la geografía.

Resulta difícil de comprender cómo con el abandono total de infraestructura en carreteras, puertos, aeropuertos, comunicaciones, cobertura eléctrica, de Internet, y, por supuesto, de la salud, educación y seguridad por parte del Estado, algunas vocen reclaman su participación en actividades que no sabe atender. Hay pues, una total desconexión de los políticos con la realidad y las necesidades de sus electores. Algo que en los últimos tiempos se ha vuelto más dramático.

Publicado en Gestión, 14 junio del 2019.