PLAN DE GOBIERNO PERÚ


Todos los planes de gobierno de los partidos políticos que participan en las elecciones presidenciales del Perú, del próximo domingo 11 de abril, tienen por finalidad generar una mejor sociedad. En esa línea de análisis, lo que fundamentalmente deberían considerar los planes es la eliminación de la pobreza, en concordancia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.

Lamentablemente, el porcentaje de población en condición de pobreza se ha incrementado de aproximadamente 20% en diciembre del 2019 a casi 28% al cierre del año pasado, según un reporte del FMI. La razón fundamental del retroceso ha sido la pandemia y la consecuente política de cierre de las actividades económicas de forma extrema.

La pregunta es: ¿cómo se recupera el camino hacia el logro del objetivo de pobreza cero? La respuesta para el largo plazo es: solo con crecimiento económico, con incremento de productividad, aunque es fundamental reconocer que en el corto plazo se requiere de la aceleración del proceso de vacunación y de la mejora de los programas sociales existentes, básicamente basados en subsidios. En otras palabras, se deben considerar dos enfoques paralelos: uno de corto plazo y otra de largo plazo. El primero, el de corto plazo, requiere de la vacunación masiva y del correcto funcionamiento de los programas sociales existentes, como Cuna Más, Qali Warma, Juntos, Foncodes y Pensión 65, así como la determinación de un último bono de apoyo familiar. Asimismo, se debe implementar una estrategia de bancarización de la población, para que los subsidios lleguen a través del sistema financiero. Esto debe ser acompañado por una política de educación financiera que instruya a la población sobre la importancia del proceso de ahorro e inversión. El acceso al financiamiento debería ser un derecho humano fundamental, como lo demostró el economista bengalí y Premio Nobel de la Paz Muhammad Yunus, en su libro "El banquero de los pobres".

Pero la solución definitiva del problema de la pobreza pasa por el logro de un crecimiento sostenido de la economía durante las próximas décadas, como lo sostienen muchos trabajos académicos, citados algunos de ellos por David Tuesta, exministro de Economía del Perú, en un reciente artículo. Cabe resaltar que el Perú ha sido uno de los países que han obtenido resultados muy positivos. En esa línea de pensamiento, hay que recuperar la senda del incremento del PBI a través de la generación de un clima adecuado que incentive la inversión privada, que en promedio ha sido de casi cuatro veces la inversión pública durante los últimos años. En cuanto a la inversión pública, esta tiene que ser eficiente y eficaz donde se debería utilizar el esquema gobierno a gobierno, tan exitoso en la construcción de la infraestructura deportiva para los Juegos Panamericanos Lima 2019, y recientemente aplicado para la reconstrucción del norte del país y para la buena pro de la ejecución de la autopsia de cuatro carriles que unirá Lima con Huancayo.

El Perú se sumó hace treinta años al llamado Consenso de Washington, lo que en esencia permitió la implementación de un modelo de crecimiento económico basado en la estabilidad macroeconómica y la apertura al mundo. Recuperemos el camino y trabajemos en la estabilidad institucional que permita obtener precisamente el objetivo de pobreza cero.

Pensemos que el logro del desarrollo económico y social requiere de insistir en el perfeccionamiento del modelo económico actual, generando adicionalmente una especie de piso social, pero trabajando de forma paralela en la consolidación de la democracia formal.

Parafraseando a un político británico de hace más de ocho décadas, la economía de mercado y la democracia representativa no serán perfectas, pero hasta ahora no se ha descubierto nada mejor.

 

 

Publicado en Gestión, 08 de abril de 2021.