SEIS TAREAS PARA LA MACROECONOMÍA DEL PERÚ

 


La pandemia nos devolvió la humildad respecto a las fortalezas macroeconómicas que exhibíamos. Con el fin de tener una discusión menos politizada haré un intento de listar los problemas más importantes que enfrentará el próximo Gobierno.

(1) Retomar una senda fiscal sostenible. La pandemia fue un shock de gran magnitud para el que nuestra economía tenía herramientas limitadas para responder al enorme gasto que se ha incurrido. Agotamos el Fondo de Estabilización Fiscal, elevamos el nivel de deuda sobre PBI por encima de nuestro límite permitido, y suspendimos las reglas fiscales. Las clasificadoras ya nos han puesto la amenaza de downgrade. Frente a ello se requiere una estrategia de consolidación fiscal que nos devuelva a una senda de estabilidad que reduzca los gastos temporales por la atención a la pandemia y encuentre mayores ingresos permanentes que permitan en unos años regresar a un nivel de deuda razonable, no necesariamente igual al prepandemia. Atado a todo lo anterior, queda como tarea protegernos del siguiente evento extremo que pueda descarrilar nuestras finanzas públicas (otra pandemia, un terremoto, entre otros). Como cualquier familia, la economía debe combinar ahorros y seguros como mecanismos de protección financiera.

(2) Crecimiento que favorezca la creación de empleo adecuado. Una segunda tarea es que el modelo priorice la generación de empleo adecuado. Claramente, tenemos un serio déficit en este respecto porque de 17 millones de trabajadores, no más de 5 están en la formalidad. Los demás, no tienen protección social, y frente a cualquier shock importante dependerán de la acción del Estado.

(3) Necesitamos empresas que busquen ser más productivas. La informalidad es solo reflejo de nuestra disfuncionalidad. Las leyes en lugar de promover que las empresas crezcan, o que mejoren su productividad, favorece que se subdividan. Empresas más chicas están condenadas a ser menos productivas y, por lo tanto, más informales. Empresas menos productivas, invierten menos, contratan peor, pagan menos, y quiebran con mayor facilidad. Nuestro marco laboral y tributario está hecho para que cada vez sea peor este equilibrio. Cuando tengamos empresas más productivas, los ingresos de los trabajadores serán mayores y mejor su protección social.

(4) El modelo debe crear riqueza y redistribuir más. Un modelo que funciona hace 2 cosas básicas, crea riqueza y es capaz de redistribuirla. Pero ese modelo incluye a dos actores claves: empresas y Estado. La primera crea la riqueza, con las condiciones habilitantes que el Estado establece. Necesitamos un Estado empoderado y capaz que converse con el sector privado y que coordine entre sí, que no sienta ajeno el facilitar que se cree riqueza de manera competitiva. Pero también necesitamos un Estado capaz de redistribuir con eficiencia la riqueza creada y compartida a través de los impuestos. En nuestro país, cobramos impuestos y hacemos tan mal la tarea que los índices de desigualdad casi no se alteran luego que el Estado distribuye subsidios y transferencias. Estamos cobrando mal los impuestos, pero también entregando mal los recursos.

5) Mayor diversificación reduce nuestros riesgos. Somos una economía expuesta a la volatilidad del precio de lo que exportamos. Ese motor debe diversificarse mucho más. A nuestra canasta minera le agregamos agroexportaciones, debemos agregarle acuicultura y madera para protegernos. Una pequeña economía como Perú debe ser lo más abierta para aprovechar el mercado externo como motor de su desarrollo. Mientras más productos mineros y agrícolas añadamos, mientras más mercados penetremos, mientras más firmas se sumen a la aventura de conquistar mercados externos, mayor progreso podremos esparcir territorialmente.

(6) Necesitamos poner foco en los servicios al ciudadano. La promesa de la descentralización fue que se podría dar mejores servicios al ciudadano. Eso no ha ocurrido, gastamos un dineral en una estructura administrativa que no hace lo que debería. Necesitamos repensar seriamente el modelo de descentralización que hemos puesto en marcha, de otro modo, cargaremos ya sea en el Gobierno nacional (Poder Ejecutivo) o en las empresas del sector privado tareas que deberían ser resueltas por los gobiernos descentralizados.

 

 

 

Publicado en Gestión, 02 de junio del 2021.