DESARROLLO Y SOSTENIBILIDAD PARA EL PAÍS

 


El Perú es un país multicultural y diverso. La emergencia sanitaria ha profundizado las desigualdades sociales que ya enfrentábamos previamente en salud, educación, seguridad alimentaria, brechas y desigualdad de género, por mencionar algunos, y siguen siendo puntos urgentes en la agenda nacional. Los efectos generados por el covid-19 han incrementado la tasa de pobreza monetaria en casi 10 puntos porcentuales, alcanzando al 30.1% de la población en el 2020. La pobreza trae consigo otros problemas, como la desnutrición, anemia o falta de acceso a servicios básicos, entre otros, que, en conjunto, representan un gran retroceso en el desarrollo.

En este escenario, surgen muchas interrogantes: ¿Cómo ser más eficientes? ¿Cómo cerrar brechas y garantizar los derechos sociales-' ¿Cómo lograr un desarrollo sostenible? La única verdad comprobada es que una sola gestión no es suficiente: solo cuando las fuerzas se juntan, el aprendizaje se comparte y la buena evidencia se sistematiza y se potencia, se logran resultados de gran impacto.

El sector público (1) tiene las herramientas para administrar recursos y asegurar el cumplimiento de las leyes y derechos, mientras que el sector privado (2) no solo aporta a la generación de empleo, sino también, contribuye a otros objetivos como reducir las desigualdades. La acción de gestión de ambos sectores son necesarios para acompañar y reforzar el trabajo del tercer sector.

El aporte de las ONG (3) para la consecución de objetivos es innegable.

La ayuda mutua, empatía, interés social, escucha consciente y los modelos sostenibles, escalables e innovadores sobre los que se levantan, las transforman en mediadoras y movilizadoras de las demandas sociales. El tercer sector contribuye también en la tarea del sector público en atender a las poblaciones más vulnerables y ayuda a optimizar las inversiones sociales de las empresas privadas.

La colaboración es esencial para el tercer sector, así se consigue un impacto mayor y sostenible. Ejemplo de esto es CARE Perú, organización internacional que trabaja hace más de 50 años por un Perú con poblaciones vulnerables.

Desde ella se desarrolla el trabajo en asocio con el Estado, gobiernos regionales, organizaciones de la sociedad civil, movimientos sociales, sector privado y donantes que buscan soluciones para luchar contra la pobreza y la injusticia social.

En estos años de trabajo se ha aprendido que para lograr impactos a escala es fundamental ampliar y adaptar modelos comprobados, realizar actividades de incidencia para fomentar cambios y también fortalecer la responsabilidad social de las instrucciones para proporcionar servicios inclusivos. Asimismo, no se puede olvidar la importancia de apoyar a los movimientos sociales y a organizaciones de grupos vulnerables, así como tener enfoques inclusivos de mercado para lograr un país más justo.

Toda acción tiene un propósito, pero ¿Cómo se guía el trabajo de conjunto de los sectores hacia el desarrollo? El norte son los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS); contribuir con su cumplimiento es una señal de que estamos en el camino correcto, trabajando de forma organizada y humana. Es por eso por lo que al año 2020 logramos impactar en más de 2 millones 800 mil personas con nuestras intervenciones. La sociedad civil tiene un papel crucial en la movilización de la población para demandar a los gobiernos soluciones a problemas globales y las ONG tiene en sus manos la oportunidad de sensibilizar y buscar alianzas para crear estrategias replicables y modelos sostenibles.

Para alcanzar estos objetivos globales es necesario apostar por el trabajo articulado y el diálogo con los gobiernos locales y regionales, con ministros, el sector privado, organizaciones sociales, la academia y la cooperación internacional. Solo así lograremos acuerdos que fomenten el cambio social y la búsqueda de soluciones sostenibles.

 

 

 

Publicado en Gestión, 27 de julio del 2021.