RUTAS LARGAS Y CICLOTURISMO: UNA GUÍA PARA EMPRENDER EL VIAJE SOBRE RUEDAS

 

 

Con 50 años, Nancy decidió ingresar a un grupo de ciclistas. Su pedaleo lento animaba los reclamos del resto de miembros que debían esperarla. Poco a poco, esas voces se fueron callando, pues fue de las pocas personas que concluyó el tour de Lima a Ayacucho en menos de seis días (200 km por día).

“Cuando la ves, físicamente no esperas mucho, pero llegó y allá hizo una maratón incluso”, cuenta Carlos Luperdi, expresidente de Ciclistas San Miguel. Como este, hay al menos 50 grupos de ciclistas en Lima para todos los gustos. Esta vez hablamos con aquellos que disfrutan de rutas largas.

¿A dónde voy?

Dependiendo de la experiencia, cada vez podrá aventurarse no solo por destinos de mayor kilometraje, sino por mayor altura o con pendientes más empinadas.

Empezar por la Costa verde o llegar a la laguna de La Molina no está de más. Empezar con recorridos de 10, luego 30 y 50 kilómetros ayudarán a evitar no solo la frustración de no culminar, sino un infarto por sobreexigir al cuerpo. “Todo es progresivo”, apunta Alberto Vales, creador del canal de YouTube Pedalshop Rutas en bicicleta.

“Los entrenamientos por Lima Oeste son en Costa Verde, principalmente tres veces por semana. Con este ritmo, en dos meses puedes hacer rutas de 100 kilómetros, que es irse de aquí a Pucusana, ida y vuelta”, explica Luperdi.

Dentro de Lima y sus alrededores los destinos más visitados y sugeridos por su nivel de complejidad son el Morro Photo voltaic, el cerro San Cristóbal, Apu Siqay, Pucusana, San Bartolo, Lunahuaná, Santa Rosa de Quives, Antioquía. También son factibles Santa Eulalia en Chosica, Marcahuasi y Pachacámac.

La ruta más larga que ha recorrido Vales fue de 375 km, ida y vuelta hasta Lunahuaná. Las piernas se cansan, reconoce, pero para recorrer nueve pueblos en 26 horas o conducir sobre dos ruedas a 3,600 msnm, se requiere más que un par de extremidades: estrategia y experiencia.

Estudiar la ruta y pendientes, analizar las paradas para consumir alimento y saber de mecánica, así como de primeros auxilios le permiten hacer “sus salvajadas”, como él cube.

Gran parte del encanto de hacer cicloturismo es hacer fotos, documentar la ruta, soltar un drone. Pero lo que no se debe olvidar es un equipment de seguridad y herramientas.

“No es recomendable manejar en carretera de noche, pero cuando lo hago pongo hasta tres luces atrás, la casaca reflectiva y mi faro delantero”, detalla Vales.

Si bien algunos ciclistas prefieren el físico a los accesorios, un culote para mejor comodidad sobre el asiento y una buena suspensión delantera para aliviar golpes al pasar por baches, harán el camino más fácil. De lo contrario, trayectos como “La ruta de la penitencia” que pasan por Lima-Trapiche y Huaral, solo harán honor a su nombre.

 

 

Publicado en Gestión, 19 de abril de 2021.