VIAJE AL CENTRO DE LA TIERRA

 

 

Pocos conocen que Amazonas alberga la mayor cantidad de cuevas en Perú, con un total de 287. Aún menos saben que, a un paso de Lámud, se encuentra Quiocta, la primera caverna iluminada del país, que ha sido recientemente inaugurada.

El tiempo parece haberse detenido mientras mis dedos se aferran a la baranda de metal al adentrarme en este inframundo jurásico, tan distinto a lo que recordaba. Hace 20 años, cuando visité Quiocta por primera vez, todo era muy diferente: la oscuridad era total y apenas podíamos distinguir el entorno en esta vasta caverna, iluminados solo por débiles linternas.

Aunque el barro nos cubría hasta los tobillos y los murciélagos revoloteaban sobre nuestras cabezas, logramos vislumbrar impresionantes estructuras que se alzaban hasta casi tocar la cúpula de esta catedral de piedra, formadas en tiempos en que los dinosaurios dominaban el planeta.

Hoy, en contraste con mis recuerdos tenebrosos de hace dos décadas, la experiencia en Quiocta me resultó casi como un juego infantil, una versión real de Disneylandia.

Recorrimos una plataforma elevada, evitando el barro del suelo, lo que nos permitió explorar los 525 metros de Quiocta mientras admirábamos, gracias a un sistema de iluminación, la sorprendente textura y color de las paredes que sostienen formaciones geológicas increíbles. Entre ellas destaca una columna, la más voluminosa de la cueva, de 2.5 metros de diámetro y 7 de altura, que evoca a un sabio pensativo.

También encontramos una delgada estalagmita que supera los 5 metros, conocida como el Lanzón de los Chillaos, en honor a una etnia precolombina de la nación chachapoya. Hay muchas otras impresionantes esculturas calcáreas, pero ninguna supera a la más llamativa de todas: una majestuosa estalagmita de 9 metros que se eleva casi hasta el techo, rodeada de estalactitas que parecen rendirle homenaje, creando un ambiente verdaderamente asombroso.




Fuente: Diario Perú21- pag.28, 10 de setiembre del 2024.