INCENTIVOS FISCALES EN EL PERU: IMPACTO Y DESAFIOS
La propuesta de implementar una Zona Económica Especial (ZEE) en el puerto de Chancay, junto con la extensión de beneficios tributarios como la tasa reducida del IGV a restaurantes y empresas de turismo, y los ajustes al drawback, reflejan una estrategia para fomentar sectores específicos de la economía. Sin embargo, estos incentivos fiscales, aunque atractivos a corto plazo, plantean preocupaciones significativas sobre su sostenibilidad y equidad. La experiencia histórica en el Perú muestra que estos beneficios tienden a perpetuarse sin una evaluación técnica adecuada, generando distorsiones económicas y una erosión de la base tributaria.
Según el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), en 2024 las exoneraciones y beneficios tributarios generarán una pérdida fiscal equivalente al 2.19% del PBI, o cerca de S/24 mil millones. Los mayores costos provienen de las exoneraciones del IGV en productos agrícolas y los beneficios aplicados a la Amazonía, que juntos representan casi 1% del PBI. Además, medidas como la tasa reducida del IGV para restaurantes y turismo han dejado de recaudar S/1,400 millones desde su implementación, un monto que supera el presupuesto anual del programa social Pensión 65. Este panorama evidencia un desequilibrio entre los beneficios esperados y el costo fiscal de estas medidas.
Un aspecto crítico es la regresividad de muchos incentivos tributarios. Por ejemplo, en el caso del IGV reducido para restaurantes y turismo, las empresas más grandes concentran la mayoría de los beneficios, dejando a las pequeñas empresas con una proporción mínima. En 2023, el 20% de las empresas más grandes recibió 160 veces más beneficios que las pequeñas, lo que evidencia una falta de focalización efectiva. Una tendencia similar se observa en el drawback, donde entre 1996 y 2013, el 13% de las empresas más grandes concentraron el 70% de las devoluciones.
La perpetuación de incentivos fiscales sin un análisis técnico riguroso genera problemas de eficiencia económica. Por ejemplo, la reducción a 0% de aranceles para ciertos insumos en 2014 no logró eliminar las demandas de los beneficiarios del drawback, quienes presionaron por el regreso de los aranceles. Asimismo, intentos recientes del MEF para ajustar la tasa de restitución simplificada enfrentaron resistencia, lo que demuestra la dificultad de revertir beneficios una vez implementados. Además, el uso indebido de exoneraciones, como en el caso del combustible en la Amazonía, también fomenta actividades ilegales, como la minería no formal.
El elevado costo y las inequidades asociadas a los incentivos tributarios en el Perú subrayan la necesidad de una reforma fiscal integral. Es crucial evaluar la efectividad de estas medidas en función de su contribución al desarrollo económico y social. Asimismo, es indispensable implementar mecanismos de control más estrictos para evitar abusos y asegurar que los beneficios lleguen a los sectores más necesitados. De no abordar estos desafíos, el país seguirá enfrentando presiones fiscales y un sistema tributario cada vez más desigual.
Fuente: Diario Gestión - pag.12, 12 de noviembre de 2024.