LA RESILIENCIA DEL PISCO EN 5 SIGLOS DE EXPORTACION
El pisco, reconocido como bebida emblemática del Perú, ha demostrado una notable capacidad de adaptación a lo largo de cinco siglos de historia. Desde el siglo XVI, este destilado no solo ha sido un producto de consumo local, sino que también ha desempeñado roles significativos en la economía y cultura peruanas. En sus inicios, el pisco sirvió como moneda de intercambio debido a su durabilidad, permitiendo su transporte a lugares tan distantes como el Polo Norte.
Esta resiliencia se refleja en su producción actual, con las regiones de Ica y Lima concentrando el 85% de la elaboración total. Hasta noviembre de 2024, los envíos de pisco alcanzaron los US$ 7.8 millones, y se estima que cerraron el año en US$ 8.5 millones, según datos del Sistema de Inteligencia Comercial ADEX Data Trade.
La evolución terminológica en torno al pisco también es notable. Antes de la independencia peruana en 1821, se referían a las mercancías que llegaban a Lima como "importaciones", mientras que los productos locales destinados al exterior se denominaban "envíos de productos de la tierra". Tras la independencia, se adoptaron los términos "exportación" e "importación" en su sentido moderno. No obstante, fue en diciembre de 1990 cuando el pisco obtuvo reconocimiento legal como denominación de origen, gracias a una resolución del Instituto de Investigación Tecnológica, Industrial y de Normas Técnicas, precursor del Indecopi. Aunque esta protección legal se formalizó en 1990, registros históricos indican que el término "pisco" ya se utilizaba para describir el aguardiente de uva destilado en el país desde al menos 1587. La capacidad del pisco para adaptarse y perdurar a lo largo de los siglos es testimonio de su importancia cultural y económica para el Perú.
Autor: Historias Económicas. Fuente: Diario Gestión - pag.24. 31 de enero del 2025.