BACK TO BASICS: ¿COMO LLEGAR A LA LIBERTAD FINANCIERA?

 

Mis cuatro abuelos provinieron de distintas regiones del país: mi abuelo materno era de la sierra de La Libertad, mi abuela materna de Moyobamba, y mis abuelos paternos de Arequipa. Todos ellos trabajaron y estudiaron con gran esfuerzo para progresar. Mi abuela Marina, por ejemplo, fue una de las primeras mujeres de su pueblo en culminar la secundaria, y luego de un arduo viaje a Trujillo y posteriormente a Lima, ingresó a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos para estudiar farmacia. Mis padres también estudiaron en San Marcos, y mi padre trabajó como ingeniero geólogo hasta los 70 años.

Ninguno de ellos hablaba de “libertad financiera”, un concepto que, según algunos expertos, alude a la posibilidad de vivir sin depender de un empleo activo, gracias a ingresos generados por inversiones. Hoy en día, muchos influencers jóvenes promueven esta idea, prometiendo independencia económica sin mayor esfuerzo, con solo seguir ciertos modelos de inversión.

En mi caso, habiendo estudiado en la PUCP y luego en la Universidad de Nueva York, y trabajado ininterrumpidamente hasta mis 54 años, recién en los últimos años he comenzado a oír sobre esta noción de “libertad financiera”. Y aquí es donde detecto una gran contradicción: salvo que uno herede una fortuna o gane la lotería, alcanzar esa libertad requiere precisamente de años de estudio y trabajo constante para acumular un capital que, bien invertido, permita vivir de sus rendimientos.

Un joven promedio, recién egresado de la universidad, generalmente no cuenta con capital para invertir. Aun si logra ahorrar 1,000 soles mensuales durante dos años, lo acumulado apenas generaría rendimientos modestos si se invierte, por ejemplo, en el índice S&P 500.

Desde mi experiencia, lo más sensato para un joven entre 20 y 30 años es dedicarse a estudiar lo que le apasione, seguir una maestría si es posible, y trabajar intensamente para adquirir experiencia, aportar valor, y construir una buena reputación profesional. Así podrá elegir dónde y con quién trabajar, o incluso emprender si cuenta con el capital y los socios adecuados. Pero en cualquiera de los dos caminos, el trabajo activo será indispensable.

Yo mismo he trabajado durante 34 años, iniciándome en el periodismo económico mientras estudiaba economía, en una pequeña redacción en Lima durante los años difíciles del terrorismo. Luego estuve en Park Avenue, Nueva York, en un banco de inversión, y pasé por Hong Kong negociando acciones. Hoy sigo trabajando activamente en Lima, y el capital que tengo es fruto de ahorro e inversión constantes.

¿He alcanzado la libertad financiera? ¿Lo hicieron mis padres o abuelos antes de los 65 años? No lo sé. Pero sí puedo afirmar que todos nosotros vivimos con orgullo por las horas de trabajo, esfuerzo, logros y valor que aportamos a nuestras vidas y a la sociedad.

 

 

 

Autor: Alberto Arispe. Fuente: Diario Gestión- pag.12, 27 de marzo del 2025.