EL TURNO DE LOS AEROPUERTOS REGIONALES
El inicio de operaciones del nuevo aeropuerto Jorge Chávez representa un hito importante para el turismo en el Perú, al consolidarse como una moderna puerta de entrada acorde con el potencial turístico del país. Su infraestructura de última generación ha sido diseñada con visión a largo plazo, preparada incluso para futuras ampliaciones, lo que permite afirmar que servirá eficientemente por las próximas décadas.
La puesta en funcionamiento de una segunda pista, en los próximos meses, permitirá aspirar a duplicar la frecuencia de vuelos. Sin embargo, este avance contrasta con la situación de los aeropuertos regionales, cuya precariedad impide capitalizar completamente las nuevas oportunidades. Muchos presentan deficiencias graves: algunos están inoperativos, otros carecen de iluminación para operar en horarios nocturnos, o no cuentan con salas suficientes ni con sistemas de abastecimiento de combustible, lo cual limita la llegada de aerolíneas de bajo costo.
El aeropuerto de Cusco, pese a su importancia, refleja una alarmante falta de condiciones mínimas de seguridad. La raíz de este problema es la ineficiencia del aparato estatal, cuya burocracia obstaculiza los procesos de ampliación, demorando en promedio hasta ocho años la aprobación de proyectos, tanto en aeropuertos concesionados como en los gestionados por Corpac.
El caso del aeropuerto de Jaén, cerrado por más de dos años sin una solución presupuestal, ilustra esta inoperancia. Si realmente se quiere aprovechar el potencial del nuevo Jorge Chávez, es indispensable que las autoridades actúen con mayor eficacia, compromiso y urgencia, pues la pasividad estatal ya no solo limita el crecimiento, sino que lo sabotea.
Fuente: Diario Perú21- pag.28, 01 de junio del 2025.