No existe una forma segura de predecir los movimientos del mercado a corto plazo. Por lo tanto, en lugar de intentar adivinar cuándo subirán o bajarán los precios, los inversionistas deben enfocarse en la calidad de los activos y mantener una visión a largo plazo. Sobre la imprevisibilidad del mercado, nadie tiene una "bola de cristal" para saber qué pasará con los precios mañana, en seis meses o en un año. El mercado es volátil y emocional a corto plazo.

El error del "Market Timing" que se tarta de comprar barato y vender caro basándose en predicciones de corto plazo es sumamente riesgoso y suele fallar, ya que el valor fundamental es subjetivo y cambiante. Se cita la filosofía de Warren Buffet para diferenciar entre "invertir en acciones" e "invertir en compañías". El inversionista debe analizar el negocio detrás de la acción.

Se recomienda invertir en empresas con; ventajas competitivas, marcas sólidas, buena generación de flujo de caja y buenas gerencias. Una buena empresa puede ver caer el precio de su acción debido al pánico general del mercado, aunque sus utilidades sigan creciendo. El inversionista no debe asustarse por caídas temporales si los fundamentos del negocio siguen siendo sólidos. El mejor momento para invertir en buenos negocios es cuando se haga de manera diversificada y con un horizonte de largo plazo. Históricamente, usando el S&P 500 como referencia, invertir en empresas con buenos fundamentos ha rendido un promedio del 11% anual en los últimos 50 años.