ETANOL Y BIODIESEL EN PERÚ

Por Jorge Torres-Zorrilla

Profesor de CENTRUM Católica

El precio del petróleo tocó los 90 dólares el barril en los mercados mundiales en la jornada del 18 de octubre pasado. Los expertos petroleros han estado predicionedo esta situación desde hace mucho y hoy en día se ve como inexorable esa amenaza del petróleo a cien dólares el barril en un futuro cercano.

Pareciera que ha llegado el momento de que las fuerzas productivas de nuestro país se aboquen a buscar con urgencia sustitutos al petróleo en la materia energética nacional del Perú. Sin embargo, las omnipresentes fuerzas del mercado parecieran requerir de un pequeño apoyo. Los altísimos precios del mercado podrían ser una condición muy necesaria e importante pero no constituyen un factor suficiente para que se concreten las nuevas inversiones que se requieren.

Tal vez sea necesario repetir algunas verdades tautológicas. Es urgente producir combustibles alternativos porque los precios del petróleo seguirán subiendo y nuestro país es deficitario en combustibles fósiles. Es importante producir combustibles alternativos porque el modelo de desarrollo requiere de fuentes de energía renovables. Es urgente e importante producir biocombustible porque el cuidado de nuestro medio ambiente exige fuentes de energía no contaminantes.

El Perú debiera estar más motivado porque el líder de la producción de biocombustibles a nivel mundial es nuestro país vecino, Brasil. Desde hace muchos años se ha desarrollado en este país un sector productor de etanol o alcohol de caña, que compite con bajos costos y tecnología eficiente con los derivados del petróleo. Inclusive la matriz insumo-producto editada por el Instituto Brasilero de Geografía y Estadísticas distingue al sector “alcohol” como un sector propio de la matriz.

Es un consenso hoy en día que la fuente de materia vegetal más eficiente para producir etanol es la caña de azúcar y no el maíz, como es el caso en otras latitudes del hemisferio norte. Afortunadamente, Perú es un país tropical lo cual nos hace potencialmente competitivos para producir la caña de azúcar, tanto en la costa peruana como en la ceja de selva. ¿Por qué entonces no se han dado las inversiones para producir caña para etanol y fábricas para la elaboración del alcohol?

Los análisis técnicos costo-beneficio demuestran una gran factibilidad económica del procesamiento industrial de etanol en Perú y altas tasas de retorno para potenciales inversionistas nacionales y globales. Lo que parece necesario es redefinir las reglas del juego para las inversiones en este sector. Es preciso corregir el sobrecosto tributario a estas producciones, en reconocimiento a su alto beneficio social. En este sentido, es preciso debatir sobre la conveniencia de cobrar impuestos indirectos adicionales al Etnol., tales como el ISC que se aplica a los combustibles.

Otro sector potencionalmente importante para el Perú es la industria del biodiesel proveniente de aceites vegetales. Perú tiene ventajas comparativas para lograr que se desarrolle una industria de biodiesel, a partir de la palma aceitera o de la canola. Hay estudios que demuestran que esta industria puede producir en forma rentable y se puede constituir en una alternativa energética.

En síntesis, ambas industrias, la del etanol y la del biodiesel pueden y deben contribuir a educir la dependencia de las importaciones de petróleo y apoyar la preservación el medio ambiente en Perú.